Un volcán en el suroeste de Islandia entró en erupción el miércoles por quinta vez desde diciembre, abriendo la cresta montañosa de Sundhnjukar con una fuerza espectacular y enviando lava brotando 150 pies en el aire. La oficina meteorológica dijo que recibió indicaciones de una posible erupción aproximadamente dos horas antes de que ocurriera a la 1 p.m. hora local en Grindavik, lo que provocó que la agencia de defensa civil urgiera de inmediato a los huéspedes de la Laguna Azul – el spa geotérmico que es uno de los destinos turísticos más populares de Islandia – a evacuar.
“Evaquate, evaquate!” decía un mensaje de texto enviado a los casi 800 huéspedes que se alojaban en la Laguna Azul y los hoteles circundantes. Las sirenas de defensa civil instaladas en febrero sonaron mientras los visitantes se apresuraban a salir.
Minutos después de la erupción, los conductores que viajaban por la carretera hacia el aeropuerto de Keflavik publicaron fotos de la fisura de casi dos millas de largo en Sundhnjukar. Una gran columna de humo era visible desde Reykjavik, la capital. Helga Arnadottir, una portavoz, dijo que esta fue la quinta orden de evacuación desde que el volcán volvió a la vida el año pasado. La evacuación fue tan “suave como las anteriores”, agregó. Los huéspedes del hotel tardaron aproximadamente media hora en evacuar. Otras 300 personas tuvieron que mudarse de Grindavik, una ciudad pesquera que ha sido en su mayoría abandonada desde enero después de que las erupciones anteriores destruyeran partes de ella.
La junta de turismo de Islandia instó a las personas a no intentar acercarse a la erupción y rápidamente señaló que el país seguía siendo un destino seguro. La economía de la nación insular depende en gran medida del turismo; las aerolíneas y las agencias de viajes han informado una disminución en las ventas desde que comenzaron las erupciones en diciembre. El aeropuerto de Keflavik no reportó interrupciones en los vuelos el miércoles. Mientras la erupción ocurrió con poco aviso, los científicos habían predicho que otro evento volcánico ocurriría después de la última erupción hace tres semanas.
Magnus Gudmundsson, quien fue uno de los primeros vulcanólogos en volar sobre el sitio, le dijo al New York Times que la fisura en Sundhnjukar parecía haber crecido. Para el miércoles por la noche, la lava había llegado a las barreras que rodeaban Grindavik y que se habían colocado para redirigir el flujo lejos de la ciudad. “Observamos cómo se ampliaba la fisura y un fuerte chorro de lava corría hacia el sur” hacia Grindavik, dijo Gudmundsson. Partes de la carretera principal fueron destruidas. El volcán ya había producido 5.4 kilómetros cuadrados de lava, agregó Gudmundsson, “una buena cantidad”.