Cuando las Naciones Unidas comenzaron una investigación hace una década para determinar si algunos de sus empleados en Gaza eran miembros de Hamas, no pasó mucho tiempo antes de que un alto funcionario legal de la ONU en el territorio comenzara a recibir amenazas de muerte.
Primero fueron correos electrónicos enviados desde cuentas anónimas, según tres altos funcionarios de la ONU basados en Gaza en ese momento.
Luego llegó un ramo fúnebre, entregado al principal complejo de la ONU, etiquetado con el nombre del funcionario legal.
Finalmente, existió una granada en vivo, enviada al recinto con su pasador aún puesto, según dos de los funcionarios.
La ONU evacuó al funcionario legal, un abogado británico y exoficial militar, apresurándolo a Jerusalén, dijeron las tres personas.
Episodios como este no reportados previamente, de octubre de 2014, forman parte de la historia detrás de la crisis actual en la que se encuentra la UNRWA, el grupo de ayuda de la ONU en Gaza, que ahora alberga a más de la mitad de la población de la localidad.
Los funcionarios actuales y anteriores de la UNRWA dicen que la agencia ha tomado en serio y ha investigado acusaciones de infiltración por parte de Hamas, que tomó el poder en Gaza en 2007. La agencia ha respondido a informantes de Israel, Estados Unidos y sus propias redes. Era el tipo de desafío, dijeron, que enfrentaban todos los grupos de ayuda que operan en entornos hostiles, no solo la UNRWA, que ha trabajado en la localidad durante décadas.
En lugar de abordar estos problemas de manera sistemática, los enfrentaron de manera fragmentada, principalmente en privado, trabajando con funcionarios de las Naciones Unidas en Nueva York. A lo largo de los años, varias personas que habían demostrado vínculos con Hamas fueron despedidas o abandonaron la agencia, incluida después de la investigación de 2014, dijeron funcionarios actuales y anteriores.
Israel ha hecho durante mucho tiempo una acusación más amplia: la UNRWA no hizo lo suficiente para erradicar a Hamas y no estaba dispuesta a limpiar sistemáticamente. Ha dicho que la UNRWA es una organización completamente comprometida que es demasiado débil para protegerse contra la infiltración y debe ser reemplazada por un grupo de ayuda más neutral.
El mes pasado, Israel acusó a 12 miembros del personal de la UNRWA de participar en el ataque liderado por Hamas contra Israel al comienzo de la guerra el 7 de octubre o en el período posterior al ataque. También ha dicho que uno de cada 10 empleados de la UNRWA en Gaza son miembros de Hamas.
Estas dos afirmaciones, para las cuales Israel proporcionó alguna evidencia a los Estados Unidos, aunque no de forma pública, han llevado a al menos 19 donantes extranjeros a suspender las donaciones para la agencia. La pérdida de financiación ha puesto en peligro la existencia de la UNRWA, cuando la mayoría de los habitantes de Gaza dependen del grupo para comida y refugio.
Los líderes de la UNRWA dicen que la agencia se esfuerza por garantizar que sus 13,000 empleados en Gaza mantengan normas de neutralidad, capacitando regularmente a su personal para mantenerse al margen de la política e investigando a aquellos que no lo hacen. Pero agregan que es imposible que la UNRWA, al igual que cualquier gran organización que recluta su personal de un sector de la sociedad, rastree las lealtades políticas privadas de todos sus empleados.