Fotos y videos tomados por los fotógrafos de Reuters en la escena mostraron sangre salpicada en varios lugares alrededor de la instalación: manchada en el piso de un almacén rodeado de pilas de ayuda, empapada en el costado de una caja de suministros para bebés y acumulada en el suelo al aire libre. En el cercano Hospital Al-Najjar, donde muchos de los heridos fueron llevados, trabajadores de la ONU lloraban sobre el cuerpo de su colega fallecido, que yacía en una camilla aún vistiendo la chaqueta azul distintiva de la organización, según fotos tomadas por otras agencias de noticias.
WAFA, la agencia de noticias oficial de la Autoridad Palestina, informó que al menos otras cuatro personas murieron en el ataque junto con el Sr. Abu Hasna y el trabajador de la UNRWA.
Philippe Lazzarini, el jefe de la agencia, dijo en un comunicado que el “ataque a uno de los pocos centros de distribución de la UNRWA que quedan en la Franja de Gaza ocurre cuando los suministros de alimentos se están agotando, el hambre es generalizada y, en algunas áreas, está convirtiéndose en hambruna.”
Según la agencia, al menos 165 miembros del personal de la UNRWA han sido asesinados mientras trabajaban en Gaza desde el inicio de la guerra. También dijo que más de 400 personas han sido asesinadas mientras se refugiaban en las instalaciones de la UNRWA que han sido golpeadas colectivamente más de 150 veces durante la guerra.
El Sr. Lazzarini dijo que la UNRWA compartía las coordenadas de todas sus instalaciones en Gaza diariamente con las “partes en conflicto”, y que las Fuerzas Armadas de Israel recibieron las coordenadas del centro de distribución de alimentos el martes, un día antes de que fuera alcanzado.
“Los ataques contra instalaciones, convoyes y personal de la ONU se han vuelto comunes, en flagrante desprecio a la ley humanitaria internacional,” dijo el Sr. Lazzarini.
Martin Griffiths, el máximo jefe humanitario de las Naciones Unidas, condenó el ataque al almacén en las redes sociales, calificándolo de “devastador” tanto para los trabajadores humanitarios como “para las familias a las que estaban tratando de ayudar”.
“Deben ser protegidos,” dijo. “Esta guerra tiene que parar.”