En la búsqueda de la longevidad, un nuevo estudio propone una nueva vía para prolongar la vida. En un estudio con animales, los investigadores descubrieron que los ratones a los que se les administró un medicamento para inhibir una proteína asociada con el envejecimiento vivieron casi un 25% más y tuvieron menos probabilidades de desarrollar cáncer que los ratones del grupo de control.
Aunque los resultados no se traducen inmediatamente al cuerpo humano, los investigadores están ansiosos por seguir descubriendo qué contribuye al envejecimiento acelerado y cómo reducir el riesgo de muerte prematura.
El estudio, publicado en la revista Nature el mes pasado, examinó cómo una proteína llamada interleucina-11 (IL-11) afecta al envejecimiento. Según el estudio, la cantidad de esta proteína aumenta a medida que envejecemos, lo que puede contribuir a la inflamación, un rasgo clave del envejecimiento, y aumentar el riesgo de enfermedades crónicas y muerte temprana. El estudio, realizado por investigadores de la Escuela de Medicina Duke–NUS en Singapur, el Imperial College de Londres y el Laboratorio de Ciencias Médicas MRC, alteraron genéticamente ratones para que no acumularan esta proteína y, en otro experimento, administraron a ratones de mediana edad un fármaco para reducir la acumulación de esta proteína.
En ambos casos, los ratones vivieron más tiempo, tuvieron un mejor metabolismo y función muscular, y menos fragilidad; los ratones machos y hembras que no producían la proteína vivieron en promedio un 24.9% más. Un fármaco que inhibe la IL-11 aumentó la esperanza de vida de los ratones machos en un 22.5% y la de las hembras en un 25%.
“Nuestros datos sugieren que la terapia anti-IL-11, que tiene un perfil de seguridad tranquilizador… es un enfoque potencialmente traducible para prolongar la salud y la esperanza de vida humana”, concluyen los investigadores.
Lo que este medicamento podría significar para los humanos
En ensayos humanos tempranos en personas con enfermedad pulmonar fibrosa se están utilizando terapias que suprimen la proteína IL-11, según el estudio. Sin embargo, se necesita más investigación sólida para ver cómo un fármaco que inhibe IL-11 puede prolongar la vida humana y en qué medida se implementaría a gran escala.
“Aunque nuestro trabajo se hizo en ratones, esperamos que estos hallazgos sean muy relevantes para la salud humana, dado que hemos visto efectos similares en estudios de células y tejidos humanos”, dice Anissa Widjaja, autora del estudio y profesora de la Escuela de Medicina Duke-NUS, en una reciente entrevista con la BBC. “Esta investigación es un paso importante hacia una mejor comprensión del envejecimiento y hemos demostrado, en ratones, una terapia que podría potencialmente prolongar un envejecimiento saludable.”
Lo más prometedor es que estos resultados sugieren que no solo un fármaco que inhibe la proteína IL-11 puede prolongar la vida útil, sino también la vida saludable, es decir, el número de años que vivimos en buena salud.
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