El presidente de Chile visitó el Polo Sur el viernes con el objetivo de fortalecer las reclamaciones territoriales de su país sobre parte de la Antártida, ya que la competencia en la región está creciendo poco a poco.
Gabriel Boric, el presidente, y una delegación de funcionarios visitaron la Estación Polo Sur Amundsen-Scott, una base de investigación de EE. UU.; la primera vez, según su oficina, que un presidente latinoamericano en funciones pisa el continente helado.
El Sr. Boric calificó el viaje como “un hito” y “una confirmación de nuestra reivindicación de soberanía en este espacio”.
De todos modos, más de un siglo después de que los exploradores compitieran por plantar banderas en el frígido desierto polar, los países están comenzando nuevamente a luchar abiertamente por influencia en la región.
El área está gobernada por el Sistema del Tratado Antártico, que establece que “la Antártida debe ser utilizada solo para fines pacíficos”. El pacto de la era de la Guerra Fría y los acuerdos posteriores tenían como objetivo hacer de la Antártida una zona libre de militares y manejar las reclamaciones territoriales en competencia.
Durante décadas, el sistema tuvo éxito en establecer un consenso internacional para la región, según un informe de 2023 del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, un instituto de investigación con sede en Washington.
Muchas naciones tienen instalaciones en la Antártida desde hace mucho tiempo o nuevas que realizan investigaciones científicas, algunas de las cuales también podrían usarse para explorar el potencial estratégico y comercial de la región. La competencia para hacerlo se ha intensificado silenciosamente en los últimos años, y parece probable que siga haciéndolo, según el informe.
El ambiente hostil de la Antártida y el sistema de tratados han restringido el acceso a sus recursos, pero la región tiene un rico entorno marino y posibles reservas de petróleo, gas y minerales. El paisaje estéril también es un buen lugar para que los países coloquen tecnología con aplicaciones militares.
Rusia ha aumentado los esfuerzos para construir estaciones de monitoreo para GLONASS, su versión del Sistema de Posicionamiento Global, que según los expertos también tiene uso militar. Al menos tres estaciones rusas ya estaban operando en la Antártida en 2015.
China anunció en 2023 planes para construir nuevas estaciones satelitales en la Antártida, otro proyecto con posibles aplicaciones militares.
El tratado prohíbe la minería en la región, protegiendo pequeñas reservas de mineral de hierro, carbón y cromo. Las estimaciones varían considerablemente, pero la región también podría tener vastas reservas de petróleo y gas natural. Para disgusto de los ambientalistas, China y Rusia buscan flexibilizar las restricciones sobre la pesca de krill.
Aspectos del tratado que involucran protecciones ambientales serán revisados en 2048, pero podrían verse socavados antes de eso.
Algunos signatarios del tratado antártico también han establecido reclamaciones territoriales, algunas de las cuales se superponen, mientras que otros no reconocen las reclamaciones territoriales de otros países. Chile es uno de los pocos países que reclaman territorio, y ha instalado un asentamiento permanente llamado Villa Las Estrellas.
Chile buscó fortalecer sus reclamaciones territoriales en mayo de 2024, celebrando un encuentro con funcionarios de defensa en la Antártida como símbolo de soberanía en medio de la tensión por los informes de sondeos geológicos rusos en el Mar de Weddell, una región antártica frente al extremo sur de América del Sur.
Simon Romero contribuyó con el reporte.