Un anticorrupción moribundo considera sus propias malas acciones a lo largo de su vida

El informante de Tailandia aborta misión anticorrupción por cáncer en etapa 3

La cruzada de Chuwit Kamolvisit contra la corrupción le ha valido un gran reconocimiento en Tailandia, pero a sus 62 años, el autoproclamado “súper proxeneta” admite que su vida no ha sido admirable y no debería ser un modelo a seguir para otros.

Conocido por ser dueño de seis salones de masajes en Bangkok, donde trabajaban 2,000 mujeres para él, Chuwit se convirtió en denunciante hace unas dos décadas, apoyándose en su conocimiento interno sobre esquemas de soborno.

Garantizando así que las autoridades hicieran caso omiso a la prostitución a pesar de ser ilegal en Tailandia, entregaba dinero en efectivo en bolsas negras, junto con relojes Rolex y servicios gratuitos en sus locales a los policías. Pero, la sombría realidad lo alcanzó en 2003 cuando fue arrestado por solicitar a cientos de hombres arrasar decenas de bares y negocios en el centro de Bangkok. Su detención fue una clara señal de que había perdido su protección policíaca y decidió hablar, revelando tener una lista de más de 1,000 nombres de policías a los que había sobornado a lo largo de los años.

Las sensacionales descripciones de Chuwit sobre las malas prácticas oficiales llamaron la atención del país y desde entonces la han mantenido.

Diagnosticado con cáncer en etapa 3 en julio y con una expectativa de vida de ocho meses, Chuwit reflexiona sobre su pasado con arrepentimiento y recriminación, especialmente por su papel en el comercio sexual, que lo hizo rico, pero a expensas de la miseria humana.

A pesar de su complicidad, Chuwit ahora dice que recibe información a través de Facebook, donde tiene más de 2 millones de seguidores. Y aunque sus esfuerzos han generado resultados, es pesimista acerca de su capacidad para acabar con la corrupción en Tailandia.

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Irritado por lo que considera su propio maltrato policíaco, este año acusó a un influyente magnate inmobiliario de haber cometido fraude fiscal durante la venta de un terreno. El magnate demandó a Chuwit por difamación y lo acusó de chantaje, cargos que Chuwit niega.

Si bien sus detractores dudan de su altruismo y lo consideran un hombre que busca atención por razones políticas y financieras, Chuwit, que ha sido condenado anteriormente, asegura que todo lo que hace es en beneficio del pueblo tailandés.

Hello. How are you?,

Un luchador contra la corrupción aborta misión por cáncer terminal

Su campaña anticorrupción le ha granjeado fama en Tailandia, pero Chuwit Kamolvisit admite que su vida no es un ejemplo y que no debería serlo para otros. Él, de 62 años, se autodenomina “súper proxeneta” y alguna vez fue propietario de seis salones de masajes en Bangkok, con 2,000 mujeres trabajando para él.

Denunciante de esquemas de soborno, Chuwit entregaba dinero en efectivo, relojes Rolex y servicios gratuitos en sus establecimientos a policías para que ignora la prostitución ilegal en el país. Sin embargo, en 2003 fue arrestado después de pagar a cientos de hombres para causar destrozos en el centro de Bangkok, lo que marcó el fin de su protección. Al hablar públicamente, reveló que tenía una lista de más de 1,000 nombres de policías a los que había sobornado.

Diagnosticado con cáncer en etapa 3 y con una expectativa de vida de ocho meses, Chuwit reflexiona sobre su pasado con arrepentimiento y recriminación, especialmente por su papel en el comercio sexual, que lo hizo rico, pero a expensas de la miseria humana.

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A pesar de su complicidad, Chuwit ahora dice que recibe información a través de Facebook, donde tiene más de 2 millones de seguidores. Y aunque sus esfuerzos han generado resultados, es pesimista acerca de su capacidad para acabar con la corrupción en Tailandia.