Tuve que cortar ropa vieja para usar como compresas.

Según el Banco Mundial, se estima que hay unos 500 millones de personas que sufren de pobreza menstrual, es decir, mujeres y niñas que no pueden acceder a productos básicos y facilidades para lidiar con la menstruación.

Pero una joven del Reino Unido decidió hacer algo al respecto.

Lo que comenzó en casa durante el confinamiento ahora se ha convertido en una organización benéfica global financiada por donaciones, que ayuda a miles de mujeres.

Entramos en una parte de su operación en Líbano, para ver cómo el proyecto está marcando la diferencia.

Producido y editado por Samantha Everett

Producción adicional de Richard Kenny y Joya Berbery

Filmado por Dany Abi Khalil

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