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El presidente electo Donald Trump ha nombrado a Massad Boulos, el suegro de su hija, como asesor senior en el Medio Oriente, situando al magnate libanés del sector automotriz en el frágil esfuerzo por mantener un alto al fuego mediado por Estados Unidos entre Israel y Hizbolá en Líbano.
Trump dijo que Boulos sería asesor senior del presidente en asuntos árabes y del Medio Oriente, uniéndose al desarrollador inmobiliario Steve Witkoff, a quien nombró enviado especial a la región, y a su nominado para embajador de Estados Unidos ante Israel, Mike Huckabee.
Ninguno tiene antecedentes diplomáticos tradicionales y reflejan la inclinación de Trump por elevar a amigos cercanos y familiares a posiciones clave.
“Massad es un negociador y un partidario inflexible de la PAZ en el Medio Oriente. ¡Será un fuerte defensor de Estados Unidos y sus intereses, y me complace tenerlo en nuestro equipo!” dijo Trump en una publicación en Truth Social.
Boulos, cuyo hijo Michael está casado con la hija menor de Trump, Tiffany, pasó la mayor parte del último año buscando apoyo para Trump entre los estadounidenses árabes en el estado clave de Michigan.
Boulos viajó recientemente a Washington para reunirse con altos funcionarios libaneses y otros diplomáticos y representantes estadounidenses. Se asumió ampliamente que sería la próxima persona en supervisar las relaciones entre Israel y Líbano, tomando el archivo del asesor senior de Biden, Amos Hochstein.
Nacido en una familia cristiana en Kfar Akka, Líbano, se trasladó a Texas como adolescente para asistir a la Universidad de Houston. Después de graduarse, Boulos se unió al negocio automotriz de su familia en Nigeria, llegando a dirigir Scoa Motors y Boulos Enterprises, que dominan el mercado nigeriano de motocicletas y vehículos.
Se sabe que tiene estrechos vínculos con la clase política cristiana de Líbano, incluido Suleiman Frangieh, un destacado político cristiano y candidato preferido de Hizbolá para ocupar la presidencia vacante.
La semana pasada, Estados Unidos anunció que Israel y Líbano habían acordado un alto al fuego, poniendo fin a más de un año de combates entre Israel y Hizbolá.
El acuerdo de alto el fuego mediado por Estados Unidos establece una retirada gradual de las fuerzas israelíes y de Hizbolá del sur del Líbano en el transcurso de 60 días. El ejército libanés y las tropas de Unifil están listos para desplegarse ampliamente en la región, que será vigilada por un mecanismo de monitoreo liderado por Estados Unidos.