Antiguos funcionarios del gobierno dicen que la serie de órdenes ejecutivas y acciones de la primera semana de Trump señalan que su equipo ha regresado considerablemente más preparado que cuando llegaron por primera vez en enero de 2017.
“Ha sido mucho más disciplinado, centrado en los temas”, dijo Lawrence Muir, ex funcionario de la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de la Casa Blanca.
El Sr. Muir, que tuvo la tarea de contratar personal de la administración como parte del equipo de transición de Trump en 2016, le dijo a la BBC que fue “esencialmente descartado” por la entrada de la Casa Blanca en ese momento.
“No tenían una gran idea de lo que se suponía que debían producir, o cómo producirlo”, dijo. “[Trump] está haciendo mucho mejor esta vez en términos de lo que está logrando, haciéndolo de manera eficiente y sabiendo cómo debe ser implementado a través de las agencias”.
El primer día de Trump en el cargo en 2017 fue eclipsado por una sesión informativa en la que el entonces secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, regañó a los reporteros sobre el tamaño de la multitud de la inauguración del presidente.
Una semana después, Trump ordenó polémicamente que los ciudadanos de siete países de mayoría musulmana, -Irán, Irak, Siria, Yemen, Somalia, Sudán y Libia- estaban prohibidos de ingresar a los Estados Unidos durante 90 días, causando caos en los aeropuertos. La orden fue bloqueada por un tribunal federal y atravesó dos versiones más antes de ser ratificada por la Corte Suprema en 2018.
Los aliados de Trump dicen que creen que la nueva administración parece haber aprendido lecciones de esa temprana derrota pública en 2017, así como de otras batallas legales que enfrentó la administración.
“Tuvieron cuatro años de exilio para prepararse para un posible regreso”, dijo Eric Ruark, director de investigación en NumbersUSA, una organización que aboga por controles migratorios más estrictos. “Y ahora tienen un plan que pueden implementar”.