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¡Evacuar en desastres naturales como el huracán Milton no es tan simple! Hay razones por las cuales las personas deciden quedarse en áreas de peligro y no se trata solo de terquedad.
Una de las principales razones por las cuales las personas deciden no evacuar es el costo asociado. Evacuar implica tener un vehículo, dinero para la gasolina, un lugar donde quedarse, la posibilidad de tomar días libres en el trabajo antes de la tormenta, y otros recursos que muchas personas no tienen. Con 1 de cada 9 estadounidenses enfrentando la pobreza hoy en día, muchas personas tienen opciones limitadas para evacuar. Durante el huracán Katrina en 2005, por ejemplo, muchos residentes no tenían vehículos y no pudieron alcanzar los autobuses de evacuación, lo que los dejó varados ante un huracán mortífero. Cerca de 1,400 personas fallecieron en la tormenta, muchos de ellos en hogares inundados.
Los desafíos logísticos también surgen cuando millones de personas están bajo órdenes de evacuación. Escasez de gasolina y embotellamientos de tráfico pueden dejar a las personas atrapadas en carreteras sin poder encontrar refugio antes de que la tormenta llegue. Las personas que han experimentado evacuaciones previas o han visto videos de noticias sobre autopistas congestionadas antes del huracán Milton pueden optar por quedarse por temor a quedar atrapados.
La salud, las mascotas y la capacidad física para evacuar constituyen otro motivo por el cual las personas deciden quedarse. Los desafíos logísticos de evacuar son aún mayores para aquellas personas discapacitadas o en hogares de ancianos. Además, aquellas personas que están encarceladas pueden no tener elección en el asunto, y el sistema de justicia puede tener pocas opciones para trasladarlas. Evacuar hogares de ancianos, personas con discapacidades o poblaciones carcelarias es un proceso complejo. Muchos refugios no están configurados para satisfacer sus necesidades. En el caso de huracán Floyd, una persona discapacitada llegó a un refugio, pero los pasillos eran demasiado estrechos para su silla de ruedas, por lo que lo restringieron a una cama durante su estancia. No evacuar también puede ser mortífero. Durante el huracán Irma en 2017, siete residentes de un hogar de ancianos fallecieron debido al calor excesivo después de que su instalación perdiera la electricidad cerca de Fort Lauderdale, Florida.
La percepción del riesgo también puede ser un obstáculo para evacuar. Estudios han demostrado que las mujeres y las minorías toman los riesgos de huracanes más en serio que otros grupos y tienen más probabilidades de evacuar o dirigirse a refugios. Un estudio encontró que las mujeres tienen casi el doble de probabilidades que los hombres de evacuar cuando se les da una orden de evacuación obligatoria. En mi revisión de investigaciones, descubrí que muchas personas que no evacuaron tenían reservas sobre ir a refugios y preferían quedarse en casa o con familiares o amigos.
Para mejorar las evacuaciones en el futuro, líderes pueden reducir las barreras para evacuar y utilizar refugios. Por ejemplo, construir más refugios capaces de resistir vientos de fuerza huracanada puede crear sitios seguros para personas sin transporte o que no pueden abandonar sus trabajos a tiempo para evacuar. Organizar más refugios y transporte capaces de acomodar a personas con discapacidades y aquellas con necesidades especiales, como residentes de hogares de ancianos, puede ayudar a proteger a poblaciones vulnerables. Abrir refugios para acomodar a mascotas con sus dueños también puede aumentar la probabilidad de que los dueños de mascotas evacúen.
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