Incluso si el juez Merchan confirma la condena y mantiene la sentencia programada, el equipo de Trump casi seguro buscará más retrasos y apelaciones. Todd Blanche, abogado principal de Trump, no respondió a las preguntas sobre si planeaba buscar un retraso. Debido a que Trump estará ocupado con una transición presidencial y las cuestiones legales sobre la sentencia de un presidente son tan complejas, algunos académicos ven muy poco probable que permanezca en el calendario. “Creo que el resultado más probable en el caso estatal es que el juez posponga la sentencia hasta después del mandato de Trump”, afirmó Daniel Charles Richman, profesor de la Facultad de Derecho de Columbia. “Imponer una sentencia realmente plantea una serie de problemas complicados a corto plazo”, incluidos los políticos, dijo. Si Trump se encuentra en un tribunal de Manhattan más tarde este mes, decidir su destino seguiría siendo un desafío sin precedentes. Según la ley, Trump enfrenta una variedad de sentencias, incluidas multas, libertad condicional y hasta cuatro años de prisión. Pero muchas opciones se vuelven imprácticas debido a su inminente regreso a la Casa Blanca. “Sentenciar a un presidente en funciones puede ser una de las decisiones de sentencia más complicadas y delicadas que se pueda imaginar”, dijo la Sra. Cominsky. “Es difícil imaginar qué sentencia podría imponerse que no obstaculizaría la capacidad de un presidente para hacer su trabajo o comprometería la seguridad del presidente”. Pocos esperan que el juez Merchan condene a Trump a una temporada detrás de las rejas en este punto. “Es un hombre de 78 años sin antecedentes penales, que ha sido condenado por un delito no violento”, dijo la jueza retirada de la Corte Suprema de Nueva York, Diane Kiesel. “No creo que un juez le daría una sentencia de encarcelamiento a una persona bajo esas circunstancias”. Incluso si el juez Merchan optara por una sentencia así, el equipo de Trump casi con certeza apelaría, retrasando el castigo real. Trump podría salir de una audiencia de sentencia con el equivalente legal de un golpecito en la muñeca. El juez Merchan podría pedirle al ex presidente que pague una multa relativamente pequeña en el rango de tres o cuatro cifras. También podría darle a Trump una descarga incondicional; “básicamente, adiós”, como lo describe la jueza Kiesel.