Juliet ha estado en muchas bodas, y es una profesional. Mientras la pareja feliz está intercambiando votos, sale de una caja oscura y se sube al brazo enguantado de Duncan Blake, su entrenador. Con un giro de 270 grados de su cabeza, ella observa su entorno.
Un sonido chirriante de repente la hace entrar en movimiento. ¡Fff — se va volando por el pasillo, dos anillos en una bolsita atados alrededor de sus patas delgadas. Los suspiros provienen de los humanos sentados debajo de sus alas extendidas. Segundos más tarde, ella aterriza en otro brazo extendido, a menudo perteneciente al padrino, otras veces a una novia o novio.
Por un momento, Juliet es la estrella de la ceremonia. Después de entregar los anillos, vuela de regreso al brazo del Sr. Blake y recibe su recompensa: un pie crudo de pollo.
Luego abandona la habitación tan rápido como entró en ella — más de 50 millones de años de evolución y unos 90 segundos de acción más tarde — mientras los humanos vuelven su atención a la pareja.
A estas alturas ya te habrás dado cuenta de que Juliet es un búho, uno de varios alrededor de Gran Bretaña que han sido entrenados para tener un papel estelar en las ceremonias de bodas.
El efecto ‘Harry Potter’
La idea de tener un búho en una boda cobró fuerza en Gran Bretaña hace más de 15 años, según las personas que se ganan la vida proporcionándolos. Atribuyen el aumento directamente a la popularidad de “Harry Potter”, en el cual los búhos sirven como mensajeros para el mundo de la magia.