Queremos asegurar a las organizaciones internacionales, incluida la OMS, que siempre las mantendremos al día con los desarrollos en curso”, dijo Mhagama.
Tanzania experimentó su primer brote de Marburg en marzo de 2023 en el distrito de Bukoba. Mató a seis personas y duró casi dos meses.
La enfermedad altamente infecciosa es similar al ébola, con síntomas que incluyen fiebre, dolores musculares, diarrea, vómitos y, en algunos casos, la muerte por pérdida extrema de sangre.
El miércoles, el jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió de “nuevos casos en los próximos días a medida que mejora la vigilancia de la enfermedad” en el último brote sospechoso en Tanzania.
La OMS informó que se habían identificado pacientes, incluidos trabajadores de la salud, y se encontraban bajo vigilancia.
Agregó que los equipos de respuesta rápida del país se habían desplegado para ayudar a identificar casos sospechosos y contener el brote.
La OMS advirtió que el riesgo de que el virus sospechoso se propague en la región seguía siendo “alto” porque Kagera era un centro de tránsito con mucho movimiento transfronterizo hacia la República Democrática del Congo, Uganda, Burundi y Ruanda.
“No recomendamos restricciones de viaje o comercio con Tanzania en este momento”, dijo el Dr. Tedros en X.
La OMS dijo que el riesgo global planteado por el brote era “bajo” y que no había preocupaciones en esta etapa de que la enfermedad se propague internacionalmente.
Después de los informes, un equipo de expertos fue desplegado de inmediato en la región de Kagera, donde recolectaron muestras, dijo el ministro de Salud de Tanzania.
Dijo que los resultados de laboratorio habían descartado el brote sospechoso de Marburg, pero el ministro no aclaró el número total de casos sospechosos investigados.
En diciembre, el vecino Ruanda declaró que el brote en el país, que había infectado a 66 personas y causado 15 muertes, había terminado.
En promedio, el virus de Marburg mata a la mitad de las personas que infecta, externo, según la OMS.
El virus de Marburg se transmite a los humanos desde los murciélagos de fruta y luego a través del contacto con los fluidos corporales de personas infectadas.
No hay tratamientos específicos ni una vacuna para el virus, aunque se están realizando pruebas.