Los kenianos que viven en áreas en riesgo de inundaciones o deslizamientos serán evacuados el miércoles, según dijo el presidente del país.
William Ruto habló en Mai Mahiu, al norte de Nairobi, donde un embalse desbordado ha arrasado un grupo de casas y ha arrastrado a decenas de personas a la muerte.
Esto “no es momento para conjeturas”, dijo, señalando el pronóstico de más lluvias intensas.
“La posibilidad de inundaciones y personas perdiendo [sus] vidas es real”, agregó.
Aunque no se dio un número definitivo, una orden de evacuación de esta escala probablemente afectará a muchas miles de personas.
La temporada de lluvias ha sido especialmente devastadora este año, y semanas de inundaciones han cobrado la vida de al menos 170 personas.
Pero el desastre en Mai Mahiu ha sido el más catastrófico hasta ahora.
La realidad aún es insoportable para aquellos que tenían la esperanza de que sus seres queridos desaparecidos hubieran sobrevivido.
“Mi hermano tenía cerca de 70 años cuando murió después de ser arrastrado”, dijo Nancy Wanjiku, de 62 años, a la BBC.
Nos habló sentada entre los escombros de lo que antes era la casa de sus padres.
“Mis padres están a salvo pero lo hemos perdido todo”, añadió.
En otro lugar, vimos a una mujer al costado de la carretera doblada llorando, sumida en la noticia de que habían encontrado el cuerpo de su hijo.
Los trabajadores de rescate continuaron la búsqueda de más fallecidos.
Los seguimos por las orillas devastadas del río Ngeya, principalmente miembros de los Servicios de la Juventud Nacional con chalecos amarillos brillantes que llevaban palas, rastrillos y palos para remover los árboles arrancados.
Algunos se detuvieron frente a un enorme montón de ramas rotas que cubrían una casa aplastada. Una familia de seis vivía allí y los trabajadores sospechaban que podrían estar enterrados bajo el montículo.
Llamaron a una excavadora para despejar los escombros, pero no encontraron evidencia de una muerte por ahogamiento.
No muy lejos de allí, conocimos a Stephen Kamau, de 31 años, ayudando a un vecino a examinar lo que queda de su hogar.
“Estoy tratando de salvar las cosas que se llevaron las aguas y buscar a personas desaparecidas también”, explicó.
“Me desperté en un mundo diferente. Todo había sido arrastrado por el agua… Estamos asustados. Mi corazón está pesado”.
Más adelante, un equipo de rescate encontró el cuerpo de una mujer escondido entre troncos en la cima de un puente. Los espectadores la reconocieron como alguien que había trabajado en un lavado de autos local abierto las 24 horas.
Otra mujer, que no se identificó, llegó al lugar para ver si sus tres hermanas desaparecidas habían aparecido allí.
Su hermano las buscó en un hospital cercano, pero volvió con las manos vacías, dijo.
Se mantuvo despierta toda la noche, preocupada de que otra riada de agua la aplastaría mientras dormía.
El terror de esa inundación repentina la noche del domingo, provocada porque el agua se acumuló en un barranco debido a un túnel bloqueado, sigue siendo vívido.
David Karanja acaba de regresar de la morgue para ver el cuerpo de su hijo de 9 años, Paul.
Él está con la mirada baja y un brazo en cabestrillo, junto a paneles de techo de chapa que se tambalean sobre la concha de su casa que aún está en pie, mientras él y su hija de 17 años, Veronica, contaron su historia.
Al igual que otros que vivían en el valle del río, fueron despertados por el estruendo del agua a las 03:00 horas locales el lunes.
Corrieron a apagar la electricidad para evitar descargas eléctricas, pero cuando David abrió la puerta, Veronica fue arrastrada. Ella afirma que se aferró a una rama de un árbol hasta que el agua retrocedió.
Cuando regresó a la casa, no pudo encontrar a su padre de inmediato, hasta que escuchó a personas llamando su nombre.
“Él fue golpeado por una piedra”, le dijo a la BBC. “Cuando intentaba rescatar a mi hermano, una piedra desde la parte superior de la pared golpeó su mano, y dejó ir a [Paul], y por eso [Paul] se ahogó”.
La familia vivía de su ganado, ahora todo está perdido. Sus 900 gallinas perecieron. Y de 21 cerdos, solo quedan cinco. “No tenemos absolutamente nada en este momento”, dijo Veronica.
Están pidiendo ayuda, y el presidente Ruto prometió apoyo del gobierno cuando se detuvo en una escuela local que albergaba a sobrevivientes.
Se les dijo que recibirían ayuda para reconstruir sus casas, pero no junto al río si los expertos consideraban que podrían verse nuevamente en la ruta de tal destrucción.
El Sr. Ruto dijo que las autoridades habían mapeado todos los lugares frágiles en el país propensos a inundaciones y deslizamientos, y que el ejército había sido movilizado para ayudar en las evacuaciones.
No especificó a dónde irían, ni exactamente de dónde vendrían los recursos, aunque mencionó que estaba trabajando con socios de desarrollo.
Pero el plan refleja su visión de que Kenia, y la región de África Oriental, son vulnerables a un clima extremo causado por el cambio climático, y sugiere que ve esta temporada de lluvias desastrosa como parte de un problema a largo plazo.
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