Canadá y Suecia están reanudando la financiación para la principal agencia de las Naciones Unidas que apoya a los refugiados palestinos en Gaza, citando la creciente catástrofe humanitaria allí y diciendo que la agencia ha tomado medidas para mejorar la rendición de cuentas en medio de acusaciones de que algunos de sus empleados tienen vínculos con Hamas.
Los países estaban entre más de una docena que suspendieron los pagos a la organización de ayuda, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina, conocida como UNRWA, después de acusaciones en enero por parte de Israel de que una docena de sus 13,000 empleados en Gaza estuvieron involucrados en los ataques dirigidos por Hamas el 7 de octubre contra Israel o sus consecuencias.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel dijo en un comunicado que era “un grave error” para los dos países reanudar el financiamiento a la agencia de la ONU. “Constituye un consentimiento tácito y un estímulo por parte de los gobiernos de Canadá y Suecia para seguir ignorando la participación de los empleados de la UNRWA en actividades terroristas”, dijo el comunicado.
La UNRWA ha argumentado que Israel la ha atacado con una “campaña deliberada y concertada” para socavar sus operaciones cuando sus servicios son más necesarios. Las advertencias de una hambruna generalizada están cada vez más urgentes, y los signos de desesperación crecen a medida que las personas recurren a consumir alimento para animales o emboscar camiones de ayuda.
En un comunicado gubernamental el sábado, Suecia dijo que desembolsaría un primer pago condicional de unos $20 millones. Dijo que la UNRWA había acordado permitir auditorías independientes y fortalecer la supervisión interna.
“En esta situación de urgencia, cuando la necesidad es tan grande entre la población civil, es primordial salvar vidas”, dijo el comunicado.
Funcionarios canadienses dijeron el viernes que habían recibido un informe provisional de la oficina interna de las Naciones Unidas que investigaba las acusaciones, y que la agencia había tomado medidas inmediatas para mejorar la rendición de cuentas. Las Naciones Unidas también han encargado una revisión externa.
La Unión Europea, uno de los mayores donantes de la UNRWA, anunció la semana pasada que estaba aumentando sustancialmente los fondos para la agencia, diciendo que los palestinos enfrentaban condiciones terribles y no deberían pagar por los crímenes de Hamas. Estaba previsto que la primera parte de 50 millones de euros, unos $54 millones, se desembolsara esta semana.
Estados Unidos dijo que esperaría los resultados de las investigaciones de la ONU antes de decidir si reanudaba las donaciones. Estados Unidos es el mayor donante de la agencia, habiendo prometido $344 millones en 2022.
Los funcionarios canadienses dijeron que la UNRWA desempeña un “papel vital” en la prestación de asistencia humanitaria a los 2.2 millones de civiles de Gaza, y que otras organizaciones dependían de la experiencia e infraestructura de la agencia de larga data.
La comunidad internacional ha enfrentado una creciente presión para actuar y aliviar la creciente crisis humanitaria en Gaza. Los funcionarios de la UNRWA han dicho que sin una reversión de las suspensiones de los países donantes, que le costaron unos $450 millones en financiamiento, la organización pronto se quedaría sin reservas.
Estados Unidos y otros países anunciaron planes esta semana para tratar de llevar ayuda al norte de Gaza por mar a través de la costa mediterránea. En las últimas semanas, las naciones han estado enviando ayuda mediante lanzamientos aéreos con paracaídas.
Israel ha afirmado que al menos el 10 por ciento del personal de la UNRWA en Gaza está afiliado a grupos armados palestinos y que los supuestos vínculos de los empleados con Hamas comprometen fundamentalmente a la agencia. En una propuesta para la gobernanza de posguerra de Gaza el mes pasado, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, incluyó un llamado a cerrar la UNRWA y reemplazarla “con agencias internacionales de ayuda responsables”.
Philippe Lazzarini, jefe de la UNRWA, dijo esta semana que no había recibido información adicional para respaldar las acusaciones de Israel después de que se le presentaran inicialmente en enero, pero que la agencia había rescindido de inmediato los contratos de los miembros del personal acusados de participar en los ataques del 7 de octubre debido a la gravedad de la acusación.
Aaron Boxerman contribuyó con reportajes desde Jerusalén.