Sharaa, ahora líder de facto de Siria, dijo en una entrevista de la BBC el mes pasado que no descartaría permitir que los rusos se quedaran, y describió las relaciones entre los dos países como “estratégicas”. Moscú se apegó a sus palabras, con el ministro de Relaciones Exteriores Lavrov coincidiendo en que Rusia “tenía mucho en común con nuestros amigos sirios”. Pero desentrañar los lazos en un futuro post Assad puede que no sea fácil. Reconstruir el ejército de Siria requerirá o un comienzo completamente nuevo o una continua dependencia de suministros rusos, lo que significaría al menos algún tipo de relación entre los dos países, según Turki al-Hassan, analista de defensa y general del ejército sirio retirado. La cooperación militar de Siria con Moscú es anterior al régimen de Assad, Hassan dice. Prácticamente todo el equipo que tiene fue producido por la Unión Soviética o Rusia, explica. “Desde su inicio, el ejército sirio ha estado armado con armas del Bloque del Este”. Entre 1956 y 1991, Siria recibió alrededor de 5,000 tanques, 1,200 aviones de combate, 70 buques y muchos otros sistemas y armas de Moscú por un valor de más de $26bn ( £21bn), según estimaciones rusas. Gran parte de esto fue en apoyo de las guerras de Siria con Israel, que ha definido en gran medida la política exterior de la nación desde que obtuvo la independencia de Francia en 1946. Más de la mitad de esa suma quedó impaga cuando la Unión Soviética colapsó, pero en 2005 el presidente Putin condonó el 73% de la deuda. Por ahora, los funcionarios rusos han tomado un enfoque conciliatorio pero cauteloso hacia los gobernantes interinos que derrocaron al aliado de larga data de Rusia. Vassily Nebenzia, enviado de la ONU de Moscú, dijo que los eventos recientes marcaron una nueva fase en la historia de lo que llamó “el hermano pueblo sirio”. Dijo que Rusia proporcionaría ayuda humanitaria y apoyo para la reconstrucción para permitir que los refugiados sirios regresen a casa.
