Tessa, que nunca conoció a Gildo, dijo que la muerte de su padre había sido una presencia constante en su vida.
Cuando creció, su madre poco a poco le contó más sobre él hasta que fue lo suficientemente mayor para enterarse de los detalles brutales de cómo murió.
Pero la falta de un reconocimiento oficial y el hecho de que la familia nunca pudo enterrarlo tuvieron un impacto profundo en ella.
”Su ausencia, la ausencia de su cuerpo, trajo una serie de preguntas”, dijo Tessa a BBC News.
”Cuando era niña, pensaba que quizás no había muerto. Tenía esta fantasía de que había logrado escapar, que no estoy segura de que mi madre ni siquiera supiera.”
Ahora, como adulta, dijo que todavía siente que hay algo “roto” dentro de ella.
Durante años, tuvo pesadillas, no podía dormir en la oscuridad, y cuando se convirtió en madre, luchó con pensamientos de pánico de que algo le sucedería a sus hijos.
”Es como si tuviera un recuerdo corporal de este miedo”, dijo.
”La gente puede encontrarlo extraño, como algo sobrenatural, pero no lo es.
Es un trauma. Nací con eso.”