El amplio decreto presidencial de Trump para detener la ayuda extranjera amenaza con congelar un programa estadounidense que respalda a las fuerzas de seguridad dentro de un campo en el desierto sirio que alberga a decenas de miles de miembros del Estado Islámico y sus familias, dijeron funcionarios sirios y estadounidenses.
La orden también ha causado estragos en otra organización estadounidense en Siria que se vio obligada a detener brevemente las operaciones dentro del campo, conocido como Al Hol, donde la gran concentración de miembros de ISIS se percibe como una amenaza de seguridad.
Las preocupaciones sobre un resurgimiento de ISIS han ido en aumento, con Siria en un estado de flujo mientras sus nuevos líderes intentan consolidar el control sobre una nación todavía fragmentada después de que los rebeldes derrocaran a su líder autoritario, Bashar al-Assad.
La administración Trump ha argumentado que la congelación de fondos, que durará 90 días, era necesaria para asegurar que los fondos estadounidenses no se estuvieran desperdiciando. Pero su impacto destaca el riesgo que representan las operaciones consideradas críticas para prevenir un resurgimiento de ISIS, un grupo yihadista que una vez controló vastas áreas de Siria e Irak y lanzó ataques mortales en Europa y Estados Unidos antes de ser diezmado por una coalición internacional liderada por Estados Unidos.
Las tropas estadounidenses siguen manteniendo presencia en el noreste de Siria, respaldando a una aliada local de Estados Unidos, las Fuerzas Democráticas Sirias lideradas por los kurdos, en la lucha de la coalición contra ISIS. Las S.D.F. no solo controlan el noreste de Siria, sino también una constelación de prisiones y campos de refugiados en el territorio que albergan a combatientes de ISIS y sus familias, que en su mayoría son de Siria e Irak pero también de docenas de otros países.
“El campamento de Al Hol está lleno de restos de ISIS”, dijo Jihan Hanan, directora del campamento y funcionaria del gobierno regional, en una entrevista. “Nuestras prisiones están llenas de combatientes de ISIS. Representan una gran amenaza para la gente de esta región. Fuimos quienes luchamos en la primera línea contra ISIS. Fuimos los socios de Estados Unidos. Deberían continuar con nosotros hasta el final, o al menos hasta que podamos garantizar la paz y la seguridad en esta región”.
Los funcionarios de seguridad occidentales también han expresado su preocupación de que cualquier deterioro en el control de los campos y prisiones pueda alimentar un resurgimiento de ISIS en la región y más allá.
Después de la directiva de Trump el pasado lunes, el Secretario de Estado Marco Rubio emitió una orden de suspensión de toda la ayuda extranjera. Esa orden ha detenido las operaciones de la contratista estadounidense, Proximity International, que administra un programa para entrenar y equipar a miles de sirios para que actúen como una fuerza policial, y proporcionarles vehículos y equipos.
Uno de los roles más críticos de la empresa es proporcionar seguridad dentro del campo de Al Hol, que alberga alrededor de 39,000 miembros de ISIS, sus familias y refugiados, dijo la Sra. Hanan. Ocupado principalmente por iraquíes y sirios, el campo también contiene extranjeros de otras 42 nacionalidades.
“Tiene un gran efecto en nosotros”, dijo la Sra. Hanan sobre la suspensión de las operaciones de Proximity. “Apoyaron la seguridad interna. Suministraron lo que se necesitaba para las puertas del campamento, el equipo técnico necesario, cámaras de seguridad, todo ese tipo de trabajos, apoyaron eso”.
Mantener la seguridad en Al Hol, así como en un campo más pequeño, Al Roj, se considera una parte crítica para mantener a raya un resurgimiento de ISIS. Los campos son vistos como un objetivo clave para el reclutamiento y las operaciones de ISIS.
El contrato de Proximity International para apoyar a las fuerzas de seguridad termina el viernes, según la Sra. Hanan y dos empleados del programa, que hablaron bajo condición de anonimato. Y debido a que se les ordenó detener el trabajo, no pueden firmar un nuevo contrato con las fuerzas. La empresa ha solicitado una exención, dijeron los empleados, pero aún no habían recibido una respuesta hasta el jueves.
Proximity International no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Los funcionarios locales advirtieron que estas congelaciones no solo representaban un riesgo de seguridad, sino que también podrían socavar la relación de Washington con sus aliados kurdos locales antes de que la administración Trump haya determinado sus estrategias hacia Siria e ISIS.
Añadiendo a la confusión para los programas sensibles está la aparente reversión de la directiva de la administración Trump que ordenaba la detención de la financiación federal. Los dos contratistas estadounidenses afectados en Al Hol dijeron que el movimiento no parecía revertir su congelación, pero que había agregado otra capa de confusión a una situación ya incierta.
El Departamento de Estado de EE.UU. defendió la congelación de la ayuda extranjera esta semana, argumentando que incentivará a las organizaciones a ofrecer un detallado informe y justificación de la financiación estadounidense de proyectos extranjeros.
La orden de suspensión también detuvo brevemente el trabajo de una organización sin fines de lucro con sede en Virginia el pasado sábado en los dos campos, poniendo al descubierto el potencial caos.
La organización sin fines de lucro, Blumont, maneja la distribución de ayuda, la electricidad y letrinas en los campos, y emplea guardias de seguridad para los almacenes y centros de suministros de los campos. También ayuda a gestionar las operaciones de repatriación: Reducir el número de habitantes en los campos se considera crucial para disminuir el potencial de explotación por parte de ISIS.