Rusia había dependido del apoyo aéreo para atacar los avances ucranianos en un sector del frente sur.
Pero Kyiv recientemente derribó varios aviones de combate, poniendo en peligro esa estrategia.
Todo recae en los fracasos clave que Rusia cometió al comienzo de la guerra, según información de inteligencia occidental.
Rusia ha sido incapaz de expulsar eficazmente a las fuerzas ucranianas de un sector clave del campo de batalla después de la reciente pérdida de varios aviones en combate. Esto demuestra cómo un sorprendente fracaso al inicio de la guerra a gran escala continúa acosando a Moscú, según información de inteligencia occidental.
Las fuerzas ucranianas establecieron un enclave o un fuerte punto de apoyo en la orilla este del río Dniéper cerca de la ciudad sureña de Kherson. El río había sido durante mucho tiempo una barrera natural crítica que impedía avances, pero Kyiv hizo un audaz movimiento estratégico que está reavivando esta área del frente.
Para impulsar a los ucranianos hacia atrás, Rusia recurrió a su poder aéreo disponible para atacar el enclave ucraniano, pero eso cambió el 22 de diciembre, cuando el teniente general Mykola Oleschuk, comandante de la fuerza aérea de Ucrania, dijo que sus tropas derribaron tres aviones de combate ruso Su-34 sobre el sur de Ucrania.
Después de las pérdidas, la fuerza aérea rusa casi detuvo por completo sus operaciones de combate tripuladas en el área sur hasta fin de mes, informó el ministerio de defensa de Gran Bretaña en una actualización de inteligencia del sábado.
La actualización añadió que existe una “posibilidad realista” de que la falta de apoyo aéreo “contribuyera al fracaso” de las tropas terrestres de Moscú para despejar el enclave ucraniano.
Recientemente, “Rusia ha vuelto a aumentar los ataques aéreos tácticos alrededor del enclave, pero a un nivel inferior al de antes de los derribos”, decía la actualización de inteligencia. “Esto una vez más demuestra que la incapacidad de Rusia para establecer superioridad aérea en las primeras etapas” de la invasión “continúa socavando sus operaciones diarias”, se añadió.
Uno de los muchos errores que cometió el ejército ruso al lanzar la invasión a gran escala de Ucrania en febrero de 2022 fue que no lideró el asalto con una campaña aérea sustancial.
Se esperaba que el ejército ruso despejara el camino para su asalto terrestre con el poder aéreo que destruiría las defensas aéreas ucranianas y aseguraría la superioridad aérea, pero la fuerza aérea rusa estaba en gran parte ausente, sorprendiendo a muchos observadores.
Ese fracaso no forzado de comprometer sus fuerzas aéreas en la lucha al principio ha sido visto como un grave error, uno que ayudó a dar a los ucranianos una oportunidad de lucha. Rusia nunca tuvo la misma oportunidad de nuevo, y ha pagado un alto precio por ese error con la pérdida de aviones de combate y helicópteros desde entonces.
Moscú ha demostrado que puede superar a Kyiv en los cielos gracias a disparidades en el tamaño de la fuerza, capacidades electrónicas y técnicas, y desempeño de misiles y radares, pero ni Rusia ni Ucrania han logrado establecer superioridad aérea debido a las formidables capacidades de los sistemas de misiles tierra-aire en ambos lados. El espacio aéreo sobre el campo de batalla en Ucrania ha seguido siendo controvertido.
Ucrania espera que su suerte cambie con la llegada eventual esperada de aviones de combate F-16 de fabricación estadounidense, de los cuales algunos de sus aliados europeos se han comprometido a entregar a Kyiv. Pero no está claro cuándo, exactamente, están programados para llegar estas aeronaves avanzadas y podrían pasar meses, si no más tiempo.
Independientemente de cuándo lleguen, persisten preguntas sobre cuánto impacto en realidad tendrán los F-16 en la guerra. Expertos en aviación y antiguos pilotos militares estadounidenses previamente dijeron a Business Insider que los aviones de combate pueden utilizarse en una variedad de roles, tanto ofensivos como defensivos, como para repeler ataques de misiles rusos o atacar activos terrestres, pero podrían ser vulnerables a las defensas aéreas más avanzadas del ejército ruso.
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