Taiwán aumentó su nivel de advertencia para viajar a China el jueves, instando a sus ciudadanos a no visitar allí a menos que sea necesario después de que Beijing detallara posibles castigos, incluida la ejecución en casos extremos, para lo que llamó “partidarios acérrimos de la independencia de Taiwán”.
China considera a Taiwán, una isla gobernada democráticamente de 23 millones de habitantes a unos 100 kilómetros de la costa continental, como su territorio. Exige que Taiwán finalmente acepte la unificación y desde hace tiempo ha denunciado a los taiwaneses que se oponen a sus reclamos sobre la isla.
La semana pasada, China intensificó la presión, emitiendo pautas legales que detallaban los pasos que podría tomar para castigar a los partidarios del autogobierno de Taiwán. Esto ocurrió mientras las tensiones entre Taiwán respaldado por Estados Unidos y China aumentan. El mes pasado, Taiwán juró a un nuevo presidente, Lai Ching-te, quien ha prometido preservar la democracia en la isla y ha sido criticado por Beijing.
Las nuevas reglas adoptadas por China autorizan la ejecución por lo que describe como casos excepcionalmente graves de separatismo taiwanés, aunque el lenguaje no llega a decir exactamente qué acciones podrían constituir una grave ofensa.
En respuesta, el Consejo de Asuntos del Continente de Taiwán, que se ocupa de la política hacia el continente, dijo que Beijing había “aumentado el riesgo para la seguridad personal de los nacionales que viajan a China, Hong Kong y Macao” al “apegarse a su propia posición” sobre Taiwán.
El nuevo presidente, el Sr. Lai, criticó las nuevas reglas. “China no tiene derecho a sancionar a las personas de Taiwán por sus opiniones políticas o perseguir penalmente a través de fronteras”, dijo en redes sociales a principios de esta semana. “La democracia no es un crimen; la autocracia es lo que realmente es malicioso”.
El Sr. Lai pidió a China que participe en el diálogo, y se ha abstenido de pedir la independencia de Taiwán. Dice que quiere preservar el statu quo, con Taiwán disfrutando de un gobierno autónomo.
Sin embargo, Beijing ha denunciado al Sr. Lai, declarándolo separatista y recibiendo a su nuevo gobierno con retórica incendiaria y una serie de ejercicios militares cerca de la isla.
A pesar de la creciente antagonismo de Beijing y su exhibición de músculo militar, muchos taiwaneses parecen estar tranquilos. Una encuesta reciente mostró que la mayoría de las personas en la isla creen que Estados Unidos intervendría en caso de una invasión china, pero algunos cuestionan si Washington y su propio gobierno han irritado a Beijing innecesariamente.
Beijing tiene un historial de detener a personas vinculadas a Taiwán.
En 2023, un ciudadano chino con base en Taiwán, Li Yanhe, que publicó libros críticos contra el Partido Comunista Chino, fue acusado de delitos contra la seguridad nacional. Y en 2022, un defensor de la democracia, Li Ming-che, fue liberado después de cumplir cinco años en prisión china por acusaciones de subvertir al gobierno.
También ha surgido una brecha generacional en los viajes entre los taiwaneses, debilitando los lazos con el continente. Una encuesta de 2023 mostró que los viajeros mayores de 40 años eran mucho más propensos a visitar China que sus contrapartes más jóvenes, que tenían más probabilidades de visitar Japón.