GENEVA (AP) — Las Naciones Unidas y sus socios dicen que cada vez más migrantes y refugiados en África se dirigen hacia el norte rumbo al Mar Mediterráneo y Europa, cruzando rutas peligrosas en el Sáhara donde bandas criminales los someten a esclavitud, extracción de órganos, violación, secuestro por rescate y otros abusos.
Un informe publicado el viernes por las agencias de refugiados y migración de la ONU y el grupo de investigación Centro de Migración Mixta estimó que las rutas terrestres en África son dos veces más mortales que las vías marítimas a través del Mediterráneo, que es la ruta marítima más mortal para los migrantes en el mundo.
El informe dijo que nuevos conflictos e inestabilidades en países como Mali, Burkina Faso y Sudán han sido responsables de un aumento en el número de viajes hacia el Mediterráneo. Pero Nigeria, Costa de Marfil y Guinea fueron los principales países de origen de los migrantes.
Viene en un momento en que muchos políticos en Europa y más allá, en un importante año electoral, han avivado o generado apoyo a sentimientos antiinmigrantes. Pero los conflictos, la crisis económica, la represión y el impacto del cambio climático en muchos países en desarrollo han propiciado el flujo de migrantes a través de las fronteras, a riesgo de abusos físicos y muerte.
“Los refugiados y migrantes cada vez más cruzan áreas donde operan grupos insurgentes, milicias y otros actores criminales, y donde la trata de personas, el secuestro por rescate, el trabajo forzado y la explotación sexual son moneda corriente”, según un resumen del informe, que sigue una línea similar a un estudio hace cuatro años.
Los autores admiten que no hay estadísticas completas sobre muertes en las rutas terrestres en África. Pero la agencia de refugiados ACNUR ha citado un aumento de más del triple en el número de refugiados y solicitantes de asilo en Túnez, un país de tránsito clave para los migrantes que buscan llegar a Europa, entre 2020 y 2023.
El informe tuvo como objetivo resaltar los peligros de las rutas terrestres que llevan al Mediterráneo, que fue cruzado por más de 72,000 migrantes y refugiados en la primera mitad de este año, y donde 785 personas han muerto o desaparecido en esos seis meses, según cifras del ACNUR.
El enviado especial de ACNUR, Vincent Cochetel, citando relatos de algunos migrantes y refugiados que sobrevivieron, dijo que algunos traficantes abandonan a personas enfermas de camiones pick-up que las transportan por el desierto, o no regresan para recoger a otros que caen.
“Todos los que han cruzado el Sáhara pueden contarte sobre personas que conocen que murieron en el desierto, mientras que si entrevistas a personas en Lampedusa: No muchas te hablarán sobre personas que conocen que … murieron en el mar”, dijo, haciendo referencia a una isla italiana en el Mediterráneo.
La Organización Internacional para las Migraciones de la ONU informó a principios de este año que más de 3,100 personas murieron en el cruce del Mediterráneo el año pasado.
Los autores del informe, que se basaron en testimonios de más de 31,000 personas, dijeron que la acción internacional ha sido inadecuada y señalaron “grandes deficiencias” en la protección y la ayuda a las personas que realizan el viaje peligroso.
“En total, se sabe que ha muerto 1,180 personas mientras cruzaban el Desierto del Sáhara entre enero de 2020 y mayo de 2024, pero se cree que el número es mucho mayor”, dijo el informe.
Se informó de un mayor porcentaje de riesgo de violencia sexual, secuestro y muerte por los migrantes cuestionados para el informe en comparación con el anterior en 2020, y Argelia, Libia y Etiopía fueron consideradas por los encuestados como los más peligrosos.
Los equipos han registrado cientos de casos de extracciones de órganos, una práctica que ha ocurrido desde hace años, dijo Cochetel. A veces, los migrantes acceden a estas extracciones como forma de ganar dinero.
“Pero la mayoría de las veces, la gente es drogada y el órgano es extraído sin su consentimiento: Se despiertan y les falta un riñón”, dijo.
Libia ha surgido como un punto de tránsito primario para los migrantes que huyen de la guerra y la pobreza en África y Medio Oriente. En marzo, las autoridades descubrieron una fosa común que contenía los cuerpos de al menos 65 migrantes en los desiertos del oeste de Libia.
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