Para muchos rusos, la masacre en una sala de conciertos en las afueras de Moscú la noche del viernes les recordó tiroteos y bombardeos en todo el país en las últimas décadas, eventos que las autoridades a menudo describieron como terrorismo.
Las autoridades vincularon muchos de esos ataques a las guerras de Rusia contra los separatistas chechenos en las décadas de 1990 y 2000. Estos conflictos ayudaron a facilitar la ascensión de Vladimir V. Putin, quien durante sus dos décadas en el poder ha buscado proyectar una imagen de ser duro contra el terrorismo.
2002: Crisis del teatro de Moscú
A principios de la década de 2000, los militantes chechenos llevaron a cabo varios ataques terroristas importantes, mientras Rusia libraba una segunda guerra para derrotar un movimiento separatista en Chechenia. En octubre de 2002, decenas de guerrilleros chechenos tomaron por asalto un teatro abarrotado en Moscú, tomando más de 750 personas como rehenes.
El asedio duró días, hasta que las fuerzas especiales rusas llenaron el teatro con un gas paralizante para incapacitar a los guerrilleros. Más de cien rehenes murieron como resultado del asalto, siendo la mayoría de las muertes atribuidas al gas. El gobierno ruso reconoció más tarde que había bombas de fentanilo en aerosol en su intento por terminar con el enfrentamiento.
2004: Asedio de la escuela de Beslán
En septiembre de 2004, militantes chechenos irrumpieron en una escuela en Beslán, una ciudad en el Cáucaso Norte, tomando más de 1,000 personas como rehenes, incluidos 770 niños, y llenando el edificio de explosivos.
Tres días después de que comenzara el asedio, las fuerzas de seguridad rusas armadas con tanques, cohetes, lanzagranadas y otras armas asaltaron la escuela, que se incendió mientras se enfrentaban en tiroteos con los combatientes chechenos.
Más de 330 rehenes —incluidos 186 niños— murieron en la batalla, lo que llevó al Tribunal Europeo de Derechos Humanos a decidir más de una década después que las autoridades rusas habían violado la ley de derechos humanos europea en su manejo del asedio. El Kremlin rechazó la conclusión.
2010-11: Atentados de Moscú
En marzo de 2010, los terroristas detonaron dos explosivos en estaciones emblemáticas del metro de Moscú, matando al menos a 38 personas. El ataque, que se asemejaba a un bombardeo en el metro que mató a unas 40 personas en 2004, revivió temores de que la insurgencia chechena no había sido sofocada, y un líder militar checheno afirmó haber ordenado el ataque.
En 2011, un terrorista atacó el aeropuerto más concurrido de Moscú, Domodédovo, matando a 37 personas. Las autoridades rusas dijeron más tarde que el autor del ataque era un hombre del Cáucaso Norte.
2017: Atentado en el metro de San Petersburgo
Un artefacto casero lleno de metralla explotó durante la hora pico, matando al menos a 14 personas. Los funcionarios identificaron al terrorista como miembro de la minoría uzbeka en el sur de Kirguistán, y dijeron que estaban investigando si tenía vínculos con extremistas islamistas.
2022: Tiroteo en Izhevsk
A unas 600 millas al este de Moscú, un hombre armado atacó una escuela en la ciudad de Izhevsk, matando a 15 personas, en lo que el Kremlin calificó como un ataque terrorista.
Las autoridades dijeron que el atacante, que estaba armado con dos pistolas, “llevaba una camiseta negra con símbolos nazis y un pasamontañas” y no llevaba ninguna identificación.