Rusia detiene a francés acusado de espionaje militar.

Moscú dice que ha detenido a un ciudadano francés acusado de recopilar información sobre las actividades militares de Rusia y de no registrarse como “agente extranjero”.

“Tal información, si es obtenida por fuentes extranjeras, puede ser utilizada en contra de la seguridad del estado”, dijo el Comité de Investigación de Rusia (SK).

También publicó imágenes que supuestamente muestran la detención del sospechoso masculino no nombrado en un café de Moscú.

Una ONG con sede en Suiza dijo más tarde que su asesor Laurent Vinatier fue detenido en la capital rusa.

“Somos conscientes de que Laurent Vinatier, un asesor del Centro para el Diálogo Humanitario (HD), ha sido detenido en Rusia,” dijo un portavoz de la organización no gubernamental a la agencia de noticias AFP.

“Estamos trabajando para obtener más detalles de las circunstancias y para asegurar la liberación de Laurent,” añadió.

La ONG declara que su actividad principal es “prevenir y resolver conflictos armados en todo el mundo a través de la mediación y la diplomacia discreta”.

Francia no hizo comentarios inmediatos sobre el tema. Las relaciones entre París y Moscú están tensas debido a la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en 2022.

En un comunicado el jueves, el SK dijo que se había abierto un caso penal y que el sospechoso sería acusado en un “futuro próximo”.

Según la declaración, el francés había visitado repetidamente Rusia durante varios años, manteniendo reuniones con nacionales rusos.

El video de 19 segundos lanzado por el SK muestra a un hombre, cuya cara está borrosa, siendo detenido por agentes de la ley rusos, antes de ser llevado a una furgoneta del SK.

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También se acusa al francés de no presentar los documentos necesarios para “incluirse en el registro de agentes extranjeros”.

Rusia requiere que cualquier persona que reciba apoyo extranjero o esté bajo influencia del extranjero se declare como tal agente. Ha utilizado la ley de 2012 para sofocar cualquier oposición dentro del país al presidente Vladimir Putin, y también como pretexto para detener a personas, incluidos extranjeros.

El año pasado, la periodista ruso-americana Alsu Kurmasheva fue arrestada por un cargo similar.

La acusación conlleva una pena de prisión de hasta cinco años.