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El Reino Unido ha suspendido la capacitación en defensa y la ayuda financiera para Ruanda por su presunto papel en el conflicto en el este de la República Democrática del Congo, advirtiendo que seguirán más sanciones a menos que el país retire sus tropas de su vecino.
Ruanda está bajo creciente presión internacional por su presunto apoyo a los rebeldes del M23, que desde el mes pasado han tomado una porción de territorio rico en minerales y las dos ciudades más grandes del este, Goma y Bukavu. Miles de personas han sido asesinadas o expulsadas de los campamentos de desplazados durante los recientes enfrentamientos.
Según la ONU, Ruanda tiene miles de tropas desplegadas en el Congo. Pero el gobierno del presidente Paul Kagame niega apoyar a los rebeldes, mientras afirma que su ejército se defiende contra fuerzas hostiles.
La congelación de la ayuda marca un cambio dramático en las relaciones entre el Reino Unido y Ruanda. Bajo el gobierno Conservador anterior, Kigali recibió más de £300 millones como parte de un acuerdo para recibir solicitantes de asilo del Reino Unido. El partido Laborista canceló el acuerdo después de ganar el poder en julio pasado. Nunca se enviaron solicitantes de asilo al país del este de África.
El martes, el ministerio de relaciones exteriores del Reino Unido pidió un “cese inmediato de hostilidades, acceso humanitario . . . participación significativa en los procesos de paz dirigidos por africanos y la retirada de todas las Fuerzas de Defensa Ruandesas del territorio congoleño”.
Su declaración añadió: “Ruanda puede tener preocupaciones de seguridad, pero no es aceptable resolverlas por la vía militar. Solo puede haber una solución política a este conflicto.”
Los esfuerzos regionales por la paz han hecho poco por detener la ofensiva de los rebeldes.
Ruanda ha sido uno de los mayores receptores de ayuda del Reino Unido en África desde que el Frente Patriótico Ruandés de Kagame tomó el poder en 1994 después de poner fin a un genocidio contra los tutsis étnicos. Pero el papel desestabilizador de la pequeña nación de África central en el este del Congo ha interrumpido periódicamente las relaciones bilaterales.
La decisión de Gran Bretaña de sancionar a Kigali siguió a una reunión entre el secretario de relaciones exteriores David Lammy y el presidente del Congo Félix Tshisekedi durante el fin de semana.
El Reino Unido dijo que hasta que se logre un progreso significativo hacia la paz, cesaría la “asistencia de alto nivel” en eventos organizados por Ruanda, suspendería la ayuda financiera bilateral “excluyendo el apoyo a los más pobres” y pausaría la asistencia futura para la formación en defensa.
Londres también dijo que “coordinaría con socios” sobre posibles sanciones adicionales. El anuncio se produjo cuando Sir Keir Starmer, el primer ministro del Reino Unido, recortó por separado el presupuesto de ayuda del Reino Unido para financiar un aumento del gasto en defensa.
Los Estados Unidos, que también han sido un fuerte partidario del régimen de Kagame, tomaron medidas la semana pasada ante el conflicto en espiral en el este del Congo. El departamento del tesoro impuso sanciones a James Kabarebe, ministro de estado de Ruanda para la integración regional y ex jefe del ejército.
El departamento del tesoro de EE. UU. dijo que Kabarebe, uno de los hombres de confianza más cercanos de Kagame y arquitecto de estrategias militares pasadas en el Congo, fue central en el apoyo de Ruanda al M23, y gestionó los ingresos generados por el grupo rebelde a partir de los recursos minerales Congoleños.
El ministerio de relaciones exteriores de Ruanda dijo que la medida de EE. UU. era injustificada y que la posición del Reino Unido no contribuiría en nada a lograr la paz.
“Las medidas punitivas anunciadas hoy por el gobierno del Reino Unido en respuesta al conflicto en el este del Congo —donde el Reino Unido ha elegido claramente un lado— son lamentables,” dijo el martes.
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