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Los rebeldes sirios dijeron que habían entrado en Damasco el domingo, ya que el régimen del presidente Bashar al-Assad parecía colapsar ante la impactante ofensiva de los insurgentes en todo el país.
Los rebeldes dijeron en un comunicado que “la ciudad de Damasco está libre del tirano Bashar al-Assad” y que “Assad ha huido”.
La ubicación de Assad era incierta, con informes de que había huido, lo que supondría un final ignominioso para una dinastía familiar que ha gobernado Siria durante más de 50 años.
La caída del régimen de Assad también traería consigo un período de enorme incertidumbre para Siria, una nación destrozada y fragmentada después de 13 años de guerra civil, y para la región en general. El país comparte fronteras con Israel, Jordania, Iraq y Líbano.
La ofensiva rebelde ha sido liderada por Hayat Tahrir al-Sham, un movimiento islamista que estaba confinado a la provincia del noroeste de Idlib antes de comenzar su ofensiva hace 12 días. El grupo, que fue una vez afiliado a al-Qaeda, sacudió al país al tomar Alepo, la segunda ciudad de Siria, y luego marchar hacia el sur hacia la capital.
Ha estado cooperando con rebeldes respaldados por Turquía bajo el paraguas del Ejército Nacional Sirio, pero Siria es hogar de diversas facciones y el grado de coordinación entre todas ellas no está claro.
No hubo declaración oficial por parte de la presidencia siria, el ejército o los medios estatales.
El sábado por la tarde, la presidencia siria había negado los rumores de que Assad había abandonado Damasco y dijo que seguía con su trabajo como de costumbre.