Los negociadores israelíes viajaron a la nación del Golfo de Qatar el viernes por primera vez en semanas para reiniciar las conversaciones sobre un acuerdo de alto el fuego que pondría fin a la guerra en Gaza y liberaría a los rehenes retenidos allí, siguiendo semanas de estancamiento en las negociaciones.
David Barnea, jefe del servicio de inteligencia exterior Mossad de Israel, encabezó la delegación israelí en Doha, la capital de Qatar, y se reunió con Mohammed bin Abdulrahman bin Jassim Al Thani, primer ministro catarí, según un funcionario familiarizado con la visita.
Las negociaciones de alto el fuego habían estado detenidas durante semanas hasta el miércoles, cuando Hamas anunció que había intercambiado algunas ideas con mediadores sobre una nueva forma de avanzar. Tanto funcionarios de Estados Unidos como de Israel dijeron que la posición revisada de Hamas podría permitir un acuerdo, pero advirtieron que de todos modos quedaban por delante una serie prolongada y difícil de deliberaciones.
“El jefe del Mossad regresó hace poco de una reunión inicial con los mediadores en Doha”, dijo la oficina del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, en un comunicado el viernes por la noche. “Se decidió que la próxima semana una delegación seguirá con las negociaciones. Se enfatiza que todavía existen discrepancias entre las partes”.
Ambas partes tendrían que resolver la identidad, número y condiciones para la liberación de prisioneros palestinos que serían liberados a cambio de los 120 rehenes vivos y muertos retenidos por Hamas y sus aliados. También tendrían que determinar una secuencia de pasos para la retirada militar israelí y cuánto control tendrían las fuerzas israelíes en las diferentes fases del acuerdo.
De manera crítica, Israel y Hamas tendrían que ponerse de acuerdo en una fórmula para resolver el principal punto de discordia que ha detenido las conversaciones durante meses: Hamas ha exigido nada menos que un alto el fuego completo y una retirada total de las fuerzas israelíes, mientras que Israel se ha comprometido a derrocar el gobierno de Hamas en Gaza y mantener el control de seguridad del territorio en la posguerra.
Israel y Hamas han estado negociando sobre la base de un marco de alto el fuego de tres etapas publicado por el presidente Biden a finales de mayo. Las dos partes se niegan a hablar directamente, lo que requiere que los mediadores cataríes y egipcios realicen una diplomacia de vaivén entre ellos.
Según los términos del acuerdo propuesto, primero observarían una tregua de seis semanas durante la cual se liberarían rehenes a cambio de prisioneros palestinos. Durante esas seis semanas, los funcionarios negociarían el fin de la guerra y la retirada de las tropas israelíes de Gaza.
El primer ministro Benjamin Netanyahu de Israel ha prometido destruir las “capacidades militares y de gobierno” de Hamas en Gaza y sigue diciendo que la guerra no terminará hasta que se logre ese objetivo. Sin embargo, el establecimiento militar de Israel, cansado por la guerra en curso en Gaza y considerando la posibilidad de un enfrentamiento a gran escala con Hezbollah en Líbano, ahora respalda un acuerdo de alto el fuego incluso a costa de dejar a Hamas en el poder.
Michael Milshtein, un ex oficial de inteligencia israelí, dijo que Israel no iba a lograr derrocar a Hamas con éxito, dejando un acuerdo de alto el fuego para traer a casa a los rehenes restantes como el resultado menos malo.
“Es una píldora extremadamente difícil de tragar”, dijo el Sr. Milshtein, quien supervisaba la división de asuntos palestinos en la inteligencia militar israelí. “Pero aquí no hay buenas alternativas”.