El asombroso desempeño de Imran Khan en las elecciones nacionales de Pakistán ha trastocado la mayoría de los pronósticos políticos tradicionales en un país donde los líderes que se enfrentan a los poderosos militares rara vez encuentran éxito electoral.
Los partidarios del Sr. Khan, el ex primer ministro encarcelado, están electrificados por la actuación de los candidatos alineados con su partido, quienes obtuvieron la mayor cantidad de escaños en la votación de la semana pasada, y enfurecidos por lo que consideran un fraude flagrante y la posibilidad de que otros partidos lideren el gobierno.
Esto es lo que se sabe sobre la incertidumbre que se cierne sobre el sistema político de Pakistán.
¿Qué sigue para el gobierno?
Los partidarios del Sr. Khan están desafiando los resultados de docenas de carreras en los tribunales del país, y la presión sobre la Comisión Electoral de Pakistán aumenta para que reconozca las irregularidades ampliamente informadas en el conteo de votos.
Los partidarios del Sr Khan dicen que llevarán a cabo protestas pacíficas frente a las oficinas de la comisión electoral en las circunscripciones donde sostienen que se produjo el fraude. Las protestas ya estallaron en varias partes del país, especialmente en la conflictiva provincia suroccidental de Baluchistán.
Hasta el mediodía del domingo, la Comisión Electoral no había finalizado los resultados de la votación del jueves. Los conteos preliminares mostraron victorias para 92 candidatos independientes (principalmente partidarios del Sr. Khan, cuyo partido fue prohibido de postular), con 77 escaños yendo a la Liga Musulmana de Pakistán-Nawaz, el partido del ex primer ministro Nawaz Sharif, y 54 yendo al tercer partido más grande, el Partido del Pueblo de Pakistán, o P.P.P.
Para formar un gobierno de mayoría, un partido debe tener al menos 169 escaños en la Asamblea Nacional de los 336 escaños. La Constitución pakistaní establece que la Asamblea Nacional, o cámara baja del Parlamento, se reúna en un plazo de 21 días después de una elección para elegir su liderazgo y posteriormente al primer ministro.
Con los candidatos asociados con el partido de Mr. Khan, Pakistan Tehreek-e-Insaf, o P.T.I., estando lejos de obtener una mayoría en el conteo preliminar, se está llevando a cabo una enérgica lucha para formar un gobierno.
El partido de Mr. Sharif, P.M.L.N., está explorando la opción de tomar el control a través de una coalición con el P.P.P. y un partido más pequeño, el Movimiento Muttahida Qaumi, que aseguró 17 escaños. En otro posible camino hacia un gobierno del P.M.L.N., Mr. Sharif busca atraer suficientes candidatos independientes para que su partido conservador no necesite aliarse con el P.P.P., que es de izquierda.
Aunque Mr. Sharif, tres veces primer ministro, encabeza las negociaciones de su partido, no está claro quién lideraría una coalición opuesta al populista Mr. Khan, a quien se le prohibió postularse en las elecciones.
El hermano de Mr. Sharif, Shehbaz Sharif, es un candidato probable para primer ministro, habiendo liderado una coalición similar después del destitución de Mr. Khan en abril de 2022. Shehbaz Sharif es visto como más deferente con la milicia que Nawaz, quien chocó con los generales durante su mandato. Nawaz Sharif ganó un escaño en la votación del jueves, pero el resultado ha sido cuestionado por los partidarios de Khan por acusaciones de fraude.
Los partidarios del Sr. Khan también podrían buscar formar un gobierno de coalición, aunque podrían enfrentar oposición militar, que se cree ampliamente favorece una coalición P.M.L.N.-P.P.P. Con el partido de Mr. Khan prohibido, sus partidarios que ganaron escaños tendrían que unirse a otro partido que les haya brindado apoyo.
Y sus partidarios seguramente formarán un gobierno en la asamblea provincial de Jyber Pakhtunkwa, donde es inmensamente popular y obtuvo una mayoría absoluta.
¿Qué sigue para el ejército?
La ola popular de descontento con la intromisión del ejército en la política seguramente ejercerá presión sobre el jefe del ejército del país, el general Syed Asim Munir.
El general Munir debe decidir ahora si tener algún tipo de reconciliación con el Sr. Khan o seguir adelante y forzar una coalición de políticos anti-Khan, que muchos analistas creen que sería débil e insostenible. En una declaración pública el sábado, el general Munir llamó a la unidad y la curación, una señal que algunos interpretan como una disposición para entablar conversaciones con el Sr. Khan.
Cualquiera que sea el camino que elija el general, dijo Farwa Aamer, directora de iniciativas para Asia del Sur en el Instituto de Política de la Sociedad Asiática, “el influyente ejército podría perder potencialmente el apoyo público”.
Seguir manteniendo a Mr. Khan encarcelado será una tarea difícil para el establecimiento militar. Con sus victorias políticas, la presión crecerá para dejarlo en libertad bajo fianza, especialmente en los casos en los que los tribunales se apresuraron a condenarlo en los días previos a la elección.
El sábado, al Sr. Khan se le otorgó fianza en uno de los muchos casos en su contra, este involucra violencia por parte de sus seguidores que saquearon instalaciones militares en mayo. Pero todavía enfrenta décadas en prisión por sus otras condenas.
Algunos analistas señalaron similitudes entre hoy y 1988, cuando Benazir Bhutto ganó la elección a pesar de la oposición del ejército y el servicio de inteligencia.
Los generales entregaron a regañadientes al gobierno a la Sra. Bhutto bajo presión estadounidense pero no le permitieron un poder completo, sin darle voz en la política exterior del país o su política de armas nucleares.
Finalmente, no completó su mandato, ya que su gobierno fue derrocado en 1990 por cargos de corrupción y mala gestión.