Relaciones comenzaron a mejorar en los años 80 cuando Taiwán relajó las reglas sobre las visitas e inversión en China. En 1991, la ROC proclamó que la guerra con la República Popular de China había terminado. China propuso la opción llamada “un país, dos sistemas”, que permitiría a Taiwán tener autonomía si aceptaba estar bajo control de Beijing. Este sistema respaldó el retorno de Hong Kong a China en 1997 y la forma en que fue gobernada hasta hace poco, cuando Beijing ha intentado aumentar su influencia. Taiwán rechazó la oferta, llevando a Beijing a insistir en que el gobierno de la ROC de Taiwán era ilegítimo, pero representantes no oficiales de China y Taiwán aún mantenían conversaciones limitadas. Luego, en 2000, Taiwán eligió a Chen Shui-bian como presidente, lo cual alarmó a Beijing. Chen y su partido, el Partido Democrático Progresista (DPP), habían apoyado abiertamente la “independencia” de Taiwán. Un año después de que Chen fuera reelegido en 2004, China aprobó una llamada ley anti-secesión, declarando el derecho de China a usar “medios no pacíficos” contra Taiwán si intentaba “separarse” de China. Chen fue luego sucedido por el KMT, que favorece unas relaciones más cercanas con la RPC. En 2016, Tsai Ing-wen, del DPP, fue elegida presidenta. Bajo su mandato, las relaciones a través del estrecho de Taiwán se han deteriorado. China también cortó las comunicaciones oficiales con Taiwán después de que la Sra. Tsai asumiera el cargo, diciendo que era porque se negaba a respaldar el concepto de una sola nación china. Tsai nunca ha dicho que declarará formalmente la independencia de Taiwán, insistiendo en que ya es independiente.