A menudo me pregunto si el curso de la historia hubiera sido drásticamente diferente si Yeltsin hubiera elegido a alguien distinto para sucederlo. La pregunta, por supuesto, es académica. La historia está llena de síes y peros y tal vez.
Una cosa que puedo decir con certeza: durante más de veinticinco años he visto diferentes Putins.
Y no soy el único.
“El Putin con el que me reuní, hice buenos negocios, establecí un Consejo de la OTAN-Rusia, es muy, muy diferente de este casi megalómano en el momento actual”, me dijo el ex jefe de la OTAN Lord Robertson en 2023.
“El hombre que estuvo a mi lado en mayo de 2002, justo a mi lado, y dijo que Ucrania es un estado-nación soberano e independiente que tomará sus propias decisiones sobre seguridad, es ahora el hombre que dice que [Ucrania] no es un estado-nación.
“Creo que Vladimir Putin tiene la piel muy fina y una gran ambición para su país. La Unión Soviética fue reconocida como la segunda superpotencia en el mundo. Rusia no puede hacer reclamos en esa dirección. Y creo que eso minó su ego.”
Esa es una posible explicación para el cambio que hemos visto en Putin: su ambición ardiente de “Hacer a Rusia Grande Otra Vez” (y compensar lo que muchos perciben como la derrota de Moscú en la Guerra Fría) puso a Rusia en un curso de colisión inevitable con sus vecinos – y con Occidente.
El Kremlin tiene una explicación diferente.
De los discursos que pronuncia, los comentarios que hace, Putin parece impulsado por el resentimiento, por un sentimiento abarcador de que durante años a Rusia se le ha mentido y faltado el respeto, sus preocupaciones de seguridad han sido desestimadas por Occidente.
Pero ¿Cree Putin mismo que ha cumplido el pedido de Yeltsin de “cuidar de Rusia”?
Recientemente tuve la oportunidad de averiguarlo.
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