Nigeria ha estado sufriendo de escasez de gasolina en los últimos meses, lo que ha provocado largas colas en las gasolineras. Publicaciones basadas en un informe de noticias publicado en agosto afirmaban que los “nuevos” precios de la gasolina significaban que un litro de gasolina de repente era 200 nairas más barato. Pero esto es engañoso; gracias a la escasez, los precios han fluctuado hasta un 30 por ciento y más entre las estaciones de servicio propiedad del gobierno, que son más baratas, y los vendedores del mercado negro que aprovechan las escasez. Las publicaciones tergiversaron esta volatilidad como una disminución general de los precios.