Los estadounidenses están a punto de votar con sus carteras de una manera importante. La startup de intercambio financiero Kalshi recibió luz verde el jueves para comenzar a ofrecer a los operadores diarios, aspirantes a analistas políticos y a instituciones financieras la oportunidad de apostar miles de dólares sobre si los Demócratas y Republicanos controlarán el Congreso el próximo año. Algunas firmas financieras podrán apostar hasta $100 millones.
Los mercados de apuestas electorales de Kalshi podrían catapultarla al escenario principal de la temporada electoral, justo a tiempo para noviembre. A lo largo de los últimos tres años, la CFTC ha librado una cruzada reguladora contra los mercados de predicción. Para críticos, apostar en los resultados electorales es un desarrollo arriesgado que podría amenazar la integridad de las elecciones estadounidenses en un momento peligroso cuando la integridad electoral es un tema importante. Los partidarios, que incluyen a antiguos funcionarios de la Casa Blanca, líderes de Silicon Valley y prominentes economistas, dicen que los mercados son superiores a las encuestas de opinión pública, en parte porque los participantes tienen dinero en juego.
El senador Jeff Merkley (D-Ore.) lo llamó un escenario “pesadillesco” que podría permitir a jugadores adinerados influir en las elecciones.
El movimiento cobró nueva fuerza la semana pasada cuando Cobb, designada por el presidente Joe Biden, rechazó la previa negativa de la CFTC a los planes de Kalshi. Pero horas más tarde, la CFTC pidió que la decisión de Cobb se pusiera temporalmente en espera para que la agencia pudiera revisar su opinión.
Kalshi es un desafío para la CFTC, que ha resistido las apuestas políticas en los mercados de derivados de los EE.UU. durante años. Los funcionarios dicen que ese tipo de operaciones ya están prohibidas por la ley federal y estatal, y advierten sobre sus posibles efectos negativos en las elecciones estadounidenses. El presidente de la Comisión, Rostin Behnam, dijo en mayo que los productos derivados de las apuestas en elecciones podrían “comoditizar y degradar la integridad de la experiencia estadounidense única de participar en el proceso electoral democrático”.