Palau, un grupo de unas 350 pequeñas islas en el Océano Pacífico, ha ido cobrando importancia para Estados Unidos a medida que China intenta ganar influencia en el Indo-Pacífico. Este año, Washington finalizó un plan que había estado retrasado por mucho tiempo para dar a Palau cientos de millones de dólares en ayuda durante dos décadas.
Horas antes de que los diplomáticos se reunieran en la Embajada de Estados Unidos en Palau para brindar por el acuerdo, la nación insular sufrió un enorme ciberataque. Más de 20,000 documentos fueron robados del gobierno.
Unas semanas más tarde, en abril, los documentos aparecieron en la dark web. Había una presentación sobre una instalación de radar estadounidense en Palau marcada como “Solo para Uso Oficial”. Había listas de tripulación de barcos de la Armada Japonesa que habían visitado Palau. Y había cientos de documentos detallando la estrecha relación entre Palau y Taiwán.
Palau es uno de los pocos países en el mundo que reconocen a Taiwán como una democracia independiente. Los líderes de Palau dicen que el hackeo fue orquestado por China, que reclama a Taiwán como su territorio, y que fue con el objetivo de enviar un mensaje. Pekín ha convencido a otros países, como Nauru, otra nación del Pacífico, de romper lazos con Taipéi.
China rechazó la acusación, y los expertos dicen que Palau no ha presentado ninguna evidencia que implique a Pekín. Un grupo de ransomware conocido como DragonForce ha reclamado la responsabilidad, diciendo que llevó a cabo el hackeo puramente por ganancia financiera. El grupo ha amenazado con causar más daño a Palau.
Sea cual sea la motivación, la brecha presenta un peligro para Estados Unidos. Los hackers podrían utilizar la información obtenida para realizar ataques de phishing más sofisticados, dijeron los expertos. Y independientemente de si DragonForce actuaba solo, el episodio es otro recordatorio de la amenaza de hackers mercenarios.
Funcionarios de Palau, que albergan instalaciones militares estadounidenses y ocupan rutas de envío cruciales que se usarían para defender a Taiwán en un conflicto, dicen que el ataque fue políticamente motivado y que China estuvo involucrada.
“Todo apunta en esa dirección”, dijo en una entrevista el presidente Surangel Whipps Jr. de Palau. “Es lamentable que China haga cosas así”, añadió, diciendo que la relación de Palau con Taiwán sigue siendo “más fuerte que nunca”.
En un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China dijo: “Es extremadamente irresponsable para Palau sacar conclusiones precipitadas y hacer acusaciones infundadas y difamatorias contra China sin pruebas válidas.”