El presidente electo Donald Trump se postuló con un programa de aislar a los Estados Unidos de conflictos extranjeros como la guerra en Ucrania, aumentar aranceles a los socios comerciales extranjeros y reconstruir la manufactura nacional. Pero en los últimos días ha sugerido un enfoque más agresivo para su política exterior.
Primero, bromeó sobre que Canadá se convirtiera en un estado adicional de Estados Unidos. Desde entonces, ha amenazado con retomar el control del Canal de Panamá. También reiteró su deseo de su primer mandato de adquirir el territorio autónomo danés de Groenlandia, el cual no está en venta. Es improbable que Estados Unidos tome control de cualquiera de estas regiones. Pero estas declaraciones podrían indicar que la visión “Estados Unidos Primero” de Trump incluye mostrar su poder más allá de sus fronteras por intereses comerciales y de seguridad nacional de Estados Unidos.
El domingo, Trump dijo en una conferencia conservadora en Arizona que Panamá estaba cobrando tarifas “ridículas, altamente injustas” a los barcos de Estados Unidos para usar su canal homónimo.
Después de encargarse de la construcción del canal a principios del siglo XX, Estados Unidos cedió el control total a Panamá en los años 70 a través de un tratado. Pero esta semana, Trump dijo que si el “robo” no se detenía, exigiría que el canal fuera devuelto a Estados Unidos, aunque no especificó cómo.
Trump añadió que no quería que el Canal de Panamá “cayera en manos equivocadas” y mencionó específicamente a China, que tiene intereses significativos en la vía fluvial.
“Existe un interés real de seguridad nacional de Estados Unidos… en controlar su neutralidad”, dijo Will Freeman, miembro de estudios latinoamericanos del Consejo de Relaciones Exteriores, sobre las declaraciones de Trump.
“La declaración de Trump se trata principalmente de eso”.
China es el segundo mayor usuario del Canal de Panamá después de Estados Unidos, según datos. También tiene importantes inversiones económicas en el país.
En 2017, Panamá rompió lazos diplomáticos con Taiwán y reconoció que formaba parte de China, un gran triunfo para Pekín.
El Canal de Panamá no es solo esencial para el comercio de Estados Unidos en el Pacífico, señaló el Sr. Freeman, – en caso de conflicto militar con China, se necesitaría para mover barcos y otros activos de Estados Unidos.
También mencionó las frecuentes críticas de Trump sobre el trato injusto de los socios comerciales de Estados Unidos, así como la promesa del presidente electo de aumentar drásticamente aranceles a productos extranjeros, especialmente los de China.
Las quejas de Trump sobre las tarifas de envío parecían reflejar sus opiniones sobre el comercio, dijo el Sr. Freeman.
Aunque las declaraciones podrían ser “coercitivas”, dijo el Sr. Freeman, aún estaba por verse “si las autoridades del canal reducirían las tarifas sobre carga de Estados Unidos en respuesta a la amenaza”.
El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, ha emitido una declaración diciendo que el canal y la zona circundante pertenecen a su país y así se mantendrán.