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El plan de la vicepresidenta Kamala Harris para aumentar el suministro de viviendas en Estados Unidos podría representar el impulso más grande desde el final de la Segunda Guerra Mundial, según el experto en vivienda Jim Parrott y Mark Zandi, economista jefe de Moody’s Analytics.
En un artículo de opinión publicado en The Washington Post el miércoles, atribuyeron la crisis de asequibilidad de la vivienda a la falta de suministro, estimando que Estados Unidos necesita 3 millones de viviendas más, casi todas en la mitad inferior del mercado.
El plan de Harris, lanzado a principios de este mes, tiene como objetivo aumentar el inventario de viviendas asequibles fomentando más construcción, al mismo tiempo que ofrece $25,000 en asistencia para el pago inicial a compradores por primera vez.
Parrott, quien es co-propietario de la firma de asesoramiento en vivienda Parrott Ryan Advisors y ex asesor económico de la Casa Blanca, y Zandi señalaron la expansión de un incentivo fiscal para desarrolladores conocido como el Crédito Fiscal por Viviendas de Bajo Ingreso, que aumentaría el suministro de alquileres asequibles.
Para agregar más viviendas asequibles para la compra, el plan de Harris también permitiría a los constructores obtener un descuento fiscal sobre las ganancias de las viviendas que se construyen y venden a compradores por primera vez.
Otra parte del plan crearía un nuevo crédito fiscal para la renovación de viviendas que no se pudieron vender por un precio lo suficientemente alto como para recuperar los costos de reparación. Esto introduciría en el mercado un suministro adicional que de lo contrario permanecería sin uso.
Para superar las deficiencias en infraestructura y cualquier resistencia política local, el plan de Harris proporcionaría más dinero a los estados y comunidades.
“Cada una de estas medidas sería significativa por sí sola, pero juntas representarían el impulso más agresivo desde la inversión nacional en vivienda que siguió a la Segunda Guerra Mundial”, escribieron Parrott y Zandi.
Es entonces cuando el gobierno federal proporcionó asistencia a los veteranos a través de la Ley G.I., que incluía, entre otras cosas, términos favorables para comprar una vivienda. Esto estimuló más demanda y construcción.
Costo del plan de vivienda de Harris
Por supuesto, el plan viene con un gran costo: $125 mil millones. Tendría que pagarse con ingresos fiscales o compensarse con recortes de gastos en otros lugares, señalaron. De lo contrario, aumentaría el déficit presupuestario federal y ayudaría a elevar las tasas de interés hipotecario, haciendo que las viviendas sean menos asequibles.
Pero advirtieron que los costos iniciales de aumentar el suministro superan con creces los costos a largo plazo de permitir que la crisis de viviendas empeore.
“Nuestra falta de vivienda asequible seguirá deprimiendo el ahorro, la oportunidad y el crecimiento de formas que dañarán a largo plazo la economía de la nación”, dijeron Parrott y Zandi. “Un esfuerzo reflexivo para abordar el problema ahora conducirá en última instancia a más crecimiento y menos costos”.
Plan de vivienda de Trump
Por su parte, Donald Trump dijo a Bloomberg que reduciría los costos de la vivienda al flexibilizar las normas ambientales y de permisos. Pero también ha insinuado en eventos de campaña que limitaría los desarrollos de viviendas de bajo ingreso en los suburbios.
La plataforma del Partido Republicano para 2024 culpa a los altos costos de vivienda a los inmigrantes ilegales y promete deportarlos, lo que algunos expertos en vivienda han dicho que reduciría la disponibilidad de trabajadores de la construcción y aumentaría los costos. La plataforma también promete una mezcla de medidas de demanda y oferta.
“Para ayudar a los nuevos compradores de vivienda, los Republicanos reducirán las tasas de interés hipotecario al reducir la inflación, abrir porciones limitadas de tierras federales para permitir la construcción de nuevas viviendas, promover la propiedad de viviendas a través de incentivos fiscales y apoyo para los compradores por primera vez y reducir las regulaciones innecesarias que aumentan los costos de la vivienda”, dice.
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