En Ottawa, a Poilievre le pusieron el apodo de Skippy por compañeros y enemigos por su entusiasmo juvenil y lengua afilada. Construyó una reputación de ser “altamente combativo y partidista”, dijo Randy Besco, profesor asistente de ciencias políticas en la Universidad de Toronto. Detrás de las puertas cerradas de las reuniones de la cámara conservadora, Poilievre mostró su lado diplomático, dijo Day. “Pierre siempre era bueno diciendo: ‘Vale, sabes qué, no lo había pensado’, o escuchaba y decía: ‘¿Has pensado en esto?'”, dijo Day. Aun así, la política confrontacional se convirtió en una piedra angular de la persona pública de Poilievre. Después de convertirse en líder conservador en 2022, se centraría en Trudeau con comentarios mordaces como una forma de conectar con los votantes descontentos. Esto lo ha metido en problemas en ocasiones. En abril, fue expulsado de la Cámara de los Comunes por llamar al primer ministro “chiflado”. Poilievre le dijo al Montreal Gazette en junio que es fan del “hablar claro”. “Creo que cuando la cortesía entra en conflicto con la verdad, elijo la verdad”, dijo. “Creo que hemos sido demasiado corteses durante demasiado tiempo con nuestra clase política”. Su estilo combativo también ha sido divisivo, y ha sido criticado por simplificar en exceso temas complejos con fines políticos. Aunque los canadienses han estado abiertos al mensaje del líder de la oposición como un cambio respecto a la política progresista de Trudeau, poco más de la mitad tiene una opinión desfavorable de él, según las últimas encuestas. Poilievre también ha tenido que cambiar de objetivo desde el anuncio de renuncia de Trudeau, para adelantarse al inevitable enfrentamiento entre él y el próximo líder liberal.
