En Melbourne, hombres enmascarados prendieron fuego a una sinagoga emblemática. En Sydney, una sinagoga fue vandalizada con esvásticas rojas pintadas a lo largo de la cerca, mientras un centro de cuidado infantil fue incendiado y cubierto con insultos antisemitas bajo el manto de la noche.
Una oleada de ataques antisemitas en las últimas semanas ha sacudido a la comunidad judía en Australia, hogar de la mayor proporción de sobrevivientes del Holocausto fuera de Israel. No se han reportado grandes víctimas, pero la violencia representa una escalada dramática de las tensiones que reverberan desde la guerra en el Medio Oriente, la cual también ha generado episodios islamofóbicos en Australia.
Los informes de incendios provocados y grafitis explícitos han desconcertado a una nación que se enorgullece de ser una sociedad multicultural y tolerante y donde un tercio de la población nació en el extranjero.
Ahora, las autoridades dicen que están investigando si hubo una participación internacional en los ataques de los últimos meses en Sydney y Melbourne, las dos ciudades más grandes del país.
El último ataque tuvo como objetivo al centro de cuidado infantil en Sydney, que fue reportado temprano el martes. En una declaración el martes, el jefe de la policía federal de Australia dijo que su agencia estaba investigando si “actores extranjeros o individuos” habían pagado a locales en Australia para llevar a cabo algunos de estos actos. Pero no proporcionó pruebas o detalles adicionales.
El miércoles, el primer ministro Anthony Albanese reiteró que los investigadores estaban analizando la posibilidad de que algunos de los perpetradores hubieran actuado por incentivos financieros en lugar de motivaciones ideológicas.
“Ahora, no está claro quién o de dónde provienen los pagos”, dijo.
El espectro de la participación extranjera ha añadido una nueva dimensión a la ansiedad que se ha estado gestando en la pequeña pero arraigada comunidad judía de Australia. La policía no ha dicho si, o cómo, los más de media docena de ataques desde octubre están relacionados.
En diciembre, la Policía Federal Australiana estableció un grupo de trabajo para investigar la violencia y las amenazas contra la comunidad judía. La policía estatal de Nueva Gales del Sur, donde la mayoría de los ataques han tenido lugar en el área metropolitana de Sydney, dijo que han arrestado y acusado a nueve individuos en relación con los crímenes.
El miércoles, funcionarios anunciaron el arresto más reciente, el de un hombre de 33 años en un caso de intento de incendio provocado y grafitis el 11 de enero, cuando esvásticas rojas fueron pintadas en la cerca de una sinagoga en el vecindario de Newtown en Sydney.
El premier del estado, Chris Minns, dijo que los funcionarios estaban tomando medidas enérgicas contra lo que él llamó “un antisemitismo desenfrenado y violencia en nuestra comunidad”. Los crímenes, agregó, fueron un “intento deliberado de infundir terror en los corazones de las personas que viven en este estado”.
Lo que hizo que los ataques recientes fueran diferentes fue su frecuencia y gravedad, dijo Julie Nathan, directora de investigación del Consejo Ejecutivo de la Comunidad Judía Australiana con sede en Sydney, una organización paraguas de grupos judíos en Australia que ha estado siguiendo y documentando informes de antisemitismo desde 1990.
“Hemos tenido terribles grafitis, vandalismo de autos y edificios, pero nada consistentemente a este nivel”, dijo. “Esto es cada unos pocos días”.
La antigua casa de Alex Ryvchin, co-director ejecutivo de la E.C.A.J., fue vandalizada la semana pasada.
El Sr. Ryvchin dijo que era evidente que la casa, de la cual su familia se había mudado recientemente, había sido específicamente atacada. Parte de un dúplex, fue solo su antigua residencia la que fue salpicada con pintura roja, dijo. La otra mitad del edificio quedó intacta. Los autos en la entrada y enfrente fueron vandalizados con insultos antisemitas.
“Fue bastante desgarrador, ir allí y ver las paredes que yo mismo había pintado, el hogar que amábamos, donde se formaron tantos recuerdos”, dijo.
Pero el Sr. Ryvchin dijo que no se sorprendió por el incidente porque sentía que era la progresión natural del lenguaje cada vez más abierto y de los ataques descarados antisemitas que han seguido al ataque liderado por Hamás el 7 de octubre de 2023 en Israel y la subsiguiente guerra en la Franja de Gaza.
“Nos despertamos todos los días, y no sabemos qué va a ser atacado”, dijo. “No solo vandalismo y acoso, sino también ataques incendiarios”.
El aumento de los ataques, aunque preocupante, no auguraba una tendencia más amplia, dijo Andrew Markus, profesor emérito del Centro Australiano de Civilización Judía de la Universidad de Monash, quien ha seguido las actitudes australianas hacia los inmigrantes y entre sí en una encuesta nacional de larga data.
“Un pequeño segmento, un segmento minúsculo, está causando miedo y ansiedad y titulares”, dijo. “Es un problema importante, pero no se puede pasar de eso a decir que ha habido un cambio importante en las actitudes públicas australianas”.