Ofrendas rituales, planta alucinógena hallada bajo el antiguo campo de pelota Maya.

Un jugador de béisbol puede tocar su casco tres veces antes de avanzar al plato, y un seguidor argentino puede quemar incienso frente a un retrato de Diego Maradona cuando la Albiceleste inicia un juego. Ahora, un equipo de arqueólogos ha encontrado evidencia de que los antiguos mayas bendecían sus canchas de pelota con ofrendas rituales, un indicador de lo mucho que el deporte significaba para las comunidades mayas.

En su nuevo artículo, publicado hoy en PLoS One, los investigadores describen “el descubrimiento de un depósito ritual especial” debajo de una plataforma de una cancha de pelota en la ciudad maya de Yaxnohcah, en la actualidad México, cerca de la frontera norte de Guatemala. El análisis de ADN ambiental del depósito reveló la presencia de plantas medicinales y alucinógenas indicando que fueron enterradas con propósitos rituales.

“Creo que el hecho de que estas cuatro plantas, que tienen una importancia cultural conocida para los mayas, fueron encontradas en una muestra concentrada nos dice que fue una colección intencional y con un propósito bajo esta plataforma”, dijo Eric Tepe, un botánico de la Universidad de Cincinnati y coautor del artículo, en un comunicado de la universidad.

Los juegos de pelota mesoamericanos eran de gran importancia social, política y espiritual. Las reglas del juego de pelota probablemente variaban según las geografías y el tiempo, pero como se describe en Gizmodo en 2020:

Este concurso atlético mesoamericano involucraba una bola sólida de goma, y se jugaba en canchas estrechas de ladrillo rodeadas por muros de piedra inclinados. Las reglas no son exactamente conocidas y el deporte variaba de región a región (incluido el tamaño y configuración de las canchas), pero el objetivo general era mantener la bola en constante movimiento, similar a deportes modernos como el voleibol y el frontón. Pero en lugar de usar manos, pies o raquetas, los jugadores usaban sus torsos y caderas para mantener en juego la pesada bola de goma, la cual rebotaban en las paredes inclinadas.

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Como reportó Gizmodo en su momento, alrededor de 2,300 probables canchas de pelota han sido identificadas hasta la fecha en México, Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador. Era el bello juego de su época; la cancha de pelota más antigua conocida es la de Paso de la Amada, de 3,670 años, en Chiapas, México.

El análisis de ADN ambiental implica tomar una muestra del entorno y extraer información genética de ella, lo que le da a los investigadores una instantánea del material orgánico en la zona.

Se identificó el ADN ambiental de varias plantas, incluyendo Ipomoea corymbosa, Capsicum, Hampea trilobata y Oxandra lanceolata, todas las cuales tienen propiedades medicinales. Las dos últimas plantas tienen propósitos ceremoniales conocidos, mientras que las dos primeras tienen asociaciones con rituales de adivinación. La I. corymbosa (xtabentum en maya, u ololiuhqui para los aztecas) tiene propiedades alucinógenas y, según los investigadores, su presencia en la cancha de pelota es la primera vez que se describe en un contexto arqueológico maya.

“En general, el consumo de sustancias alucinógenas jugó un papel vital en los rituales llevados a cabo por los reyes y sacerdotes mayas porque los empoderaba a recibir la energía de los dioses”, escribieron los investigadores. Aunque no se encontró evidencia de que los atletas en el juego de pelota consumieran dichos alucinógenos antes o durante el juego, dada la importancia en juego, es probable que esperaran que la energía de los dioses estuviera de su lado.

“Cualquiera sea la intención de los suplicantes mayas, parece claro que algún tipo de ritual de adivinación o curación tuvo lugar en la base del complejo de canchas de pelota de Helena durante el período Preclásico Tardío”, concluyeron los autores del estudio.

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La cultura material, que revela detalles sobre los considerables trabajos de tierra y piedra que construyeron las canchas, no es un área de estudio nueva. En 2020, los investigadores anunciaron el descubrimiento de figuras de jugadores de pelota de cerámica de 3,400 años sobre una cancha de pelota en Oaxaca, México; si las figuras eran antiguos jugadores de acción o tenían un propósito ceremonial no está claro.

El ADN ambiental también puede arrojar luz sobre entornos mucho más antiguos que la situación de 2,000 años en la cancha de pelota maya. En 2022, un equipo diferente pudo reconstruir un exuberante entorno de 2 millones de años en Groenlandia a partir de ADN encontrado en los sedimentos de lo que ahora es un desierto polar. Esas muestras ambientales contenían el ADN más antiguo encontrado hasta ahora. Otros científicos están empujando los límites del ADN ambiental aún más, secuenciando el material genético que flota en el aire para determinar qué organismos hay en un hábitat determinado.

A medida que se realice más exploración de eDNA en sitios mayas, y de hecho, en otros sitios antiguos que contienen material orgánico, es probable que obtengamos un retrato más claro y dinámico de la vida antigua y sus rituales.

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