El equipo de la Universidad de California, Irvine estudió los mosquitos Aedes aegypti, que transmiten virus a alrededor de 400 millones de personas al año. Observaron de cerca los hábitos de apareamiento aéreo de los insectos, que pueden durar entre unos segundos y casi un minuto, y luego descubrieron cómo interrumpirlo usando la genética. Se enfocaron en una proteína llamada trpVa que parece ser esencial para la audición. En los mosquitos mutados, las neuronas normalmente involucradas en la detección de sonido no mostraron respuesta a los tonos de vuelo o aleteos de posibles parejas. El atractivo ruido caía en oídos sordos. En contraste, los machos salvajes (no mutantes) fueron rápidos para copular, múltiples veces, y fertilizaron casi todas las hembras en su jaula. Los investigadores de la Universidad de California, Santa Bárbara, que han publicado su trabajo en la revista PNAS, externaron que el efecto de la eliminación del gen fue “absoluto”, ya que el apareamiento de machos sordos fue completamente eliminado.