Más de 30.000 palestinos han sido asesinados en Gaza desde el 7 de octubre, según el ministerio de salud dirigido por Hamas.
Esa cifra equivale a aproximadamente el 1,3% de los 2,3 millones de habitantes del territorio, el último sombrío marcador del terrible costo de esta guerra.
El ministerio afirma que la mayoría de los fallecidos eran mujeres y niños.
Sus cifras no diferencian entre civiles y combatientes al identificar a los fallecidos.
En su actualización diaria del jueves, el ministerio dijo que 81 personas habían sido asesinadas en las últimas 24 horas, elevando el total a 30.035.
El número real de muertos probablemente sea mucho mayor, ya que el recuento no incluye a quienes no han llegado a los hospitales, entre ellos miles de personas aún atrapadas bajo los escombros de edificios alcanzados por los ataques aéreos israelíes.
Más de 70.000 personas heridas han sido registradas por el ministerio de salud (MoH) de Gaza, que es la única fuente oficial de víctimas. Sus datos son citados por agencias de la ONU y otras instituciones internacionales.
Una gráfica que muestra el número de personas asesinadas en Gaza desde el 7 de octubre hasta el 29 de febrero y cómo la mayoría de ellos han sido mujeres y niños.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice tener una “cooperación de larga data” con el organismo de Gaza y que tiene “buena capacidad en la recopilación/análisis de datos”. Su informes previos han sido considerados creíbles y “bien desarrollados” por la agencia de la ONU.
La OMS señala que al comparar el desglose actual de muertes con datos anteriores registrados por la ONU de conflictos pasados en Gaza, “claramente se muestra un aumento en el número de civiles asesinados, con una proporción más alta de niños y mujeres fallecidos”.
Preguntado sobre su evaluación del número de fallecidos y la distribución entre civiles y combatientes, el ejército de Israel le dijo a la BBC que “el número de terroristas muertos es de aproximadamente 10.000”.
Para que un fallecimiento palestino sea registrado en Gaza, el cadáver o restos deben ser vistos por personal del hospital o trabajadores médicos. Al final de cada día, los hospitales envían listas de todas las víctimas, incluyendo, en caso de ser conocidos, nombres, números de identidad, fechas de lesión o muerte, y detalles de las lesiones y estado, a un sistema centralizado del MoH. Sus operadores ahora están basados en Rafah.
La Media Luna Roja Palestina también contribuye con datos.
Durante esta guerra ha sido más difícil que nunca informar sobre las cifras debido a la cantidad de cadáveres en las morgues, los enfrentamientos en y alrededor de hospitales y clínicas, y la mala conectividad a internet y telefónica.
Sin embargo, si y cuando se acuerde un alto el fuego a largo plazo o la guerra termine, los esfuerzos para recuperar cuerpos y rastrear a los desaparecidos permitirán que emerja una imagen más clara de los fallecidos, incluyendo el número de combatientes. Se espera que la ONU y grupos de derechos humanos, así como el ejército israelí, realicen sus propias investigaciones.
El número de muertos equivale a aproximadamente el 1,3% de la población del territorio.
Una crítica constante de las cifras existentes es que no dan una idea de cómo fueron asesinados los palestinos, ya sea como resultado de ataques aéreos israelíes, bombardeos de artillería u otros medios como cohetes palestinos desviados. Todas las bajas actualmente se contabilizan como víctimas de “agresión israelí”.
En los últimos días, el MoH de Gaza ha destacado más casos de lo que la OMS llama “mortalidad indirecta”, es decir, personas que mueren como resultado de la guerra pero no directamente por los combates.
El miércoles, dijo que seis niños habían muerto por deshidratación y desnutrición en hospitales del norte de Gaza. Dos estaban en el Hospital al-Shifa en la Ciudad de Gaza y cuatro en el Hospital Kamal Adwan en la ciudad de Beit Lahia.
La ONU advierte que una cuarta parte de la población de Gaza está ahora en riesgo de hambruna y que ha habido un aumento dramático de enfermedades infecciosas, agravado por la escasez general de medicamentos y la falta de atención médica.
La guerra comenzó cuando miles de combatientes de Hamas irrumpieron en el sur de Israel el 7 de octubre, matando a unas 1.200 personas y tomando 253 rehenes, según las cifras israelíes.