Nataliia Klymyuk, quien ha estado haciendo voluntariado durante 11 años para cuidar de un monumento a los muertos en la guerra en Kyiv, la capital de Ucrania, dijo que nunca había tenido ninguna ilusión sobre el Presidente Trump.
El miércoles, ella se encontraba entre una multitud de personas en el monumento, en la Plaza de la Independencia en el centro de Kyiv, donde ondeaban decenas de miles de pequeñas banderas, cada una representando a un soldado muerto durante la invasión implacable de Rusia. El ambiente era especialmente solemne.
Un día antes, el Sr. Trump, desde su finca Mar-a-Lago en Florida, culpó a Ucrania por la violencia. “Nunca deberías haberlo empezado”, dijo, refiriéndose a los líderes ucranianos que de hecho no empezaron la guerra.
Su comentario dejó atónitos a muchos ucranianos, quienes lo vieron como una traición descarada.
“No creo en las negociaciones”, dijo la Sra. Klymyuk, de 51 años, quien planta nuevas banderas en el sitio a diario y quita la nieve. Refiriéndose al Presidente Vladimir V. Putin de Rusia y al Presidente Volodymyr Zelensky de Ucrania, agregó: “Trump siempre ha sido amigo de Putin, y no creo que de repente se haya convertido en nuestro amigo. Solo está persiguiendo sus propios intereses a espaldas de Zelensky”.
Marina Ivashyna, de 30 años, que pasaba por la plaza, dijo que su padre murió en la guerra y que su esposo está desaparecido en acción. “Es difícil para mí, no creo que vaya a pasar nada bueno”, dijo, estallando en llanto. “No creo en estas negociaciones”.
El estribillo de la Sra. Klymyuk y la Sra. Ivashyna representa un sentimiento creciente en Ucrania a medida que Estados Unidos y Rusia han avanzado hacia un reinicio vertiginoso de su relación que podría perjudicar a Ucrania en la guerra. Muchos analistas dicen que los ucranianos están desilusionados con la administración Trump.