El presidente de Uganda, Yoweri Museveni, ha advertido a los manifestantes que estarán “jugando con fuego” si siguen adelante con los planes de organizar una marcha contra la corrupción hacia el parlamento el martes. Jóvenes ugandeses han estado organizando la marcha en redes sociales para exigir el fin de la corrupción en el gobierno. Han sido parcialmente inspirados por sus contrapartes en Kenia, quienes organizaron manifestaciones masivas que obligaron al presidente William Ruto a abandonar los planes de aumentar los impuestos. Las protestas desde entonces se han convertido en llamamientos a su renuncia. En una alocución televisada, el Sr. Museveni advirtió a los organizadores ugandeses que su protesta planeada no sería tolerada. “Estamos ocupados produciendo riqueza… y ustedes aquí quieren disturbarnos. Están jugando con fuego porque no podemos permitirles que nos disturben”, dijo.El presidente también acusó a algunos de los organizadores de la protesta de “siempre trabajar con extranjeros” para causar caos en Uganda. No dio detalles. La policía había anunciado previamente que se había negado a dar permiso para que la marcha tuviera lugar. Uno de los principales líderes de la protesta le dijo a la agencia de noticias AFP que seguirían adelante con ella. “No necesitamos permiso de la policía para llevar a cabo una manifestación pacífica. Es nuestro derecho constitucional,” según fue citado. El Reino Unido y los gobiernos de Estados Unidos impusieron sanciones a la presidenta del parlamento de Uganda, Anita Annet Among, a principios de este año después de que fue acusada de corrupción. Ha negado cualquier mala conducta. Las sanciones le impiden viajar al Reino Unido y a Estados Unidos. El Reino Unido también dijo que impondría un congelamiento de activos sobre ella. El Reino Unido ha impuesto sanciones similares a dos ministros del gobierno que fueron despedidos por el Sr. Museveni después de que también fueron acusados de corrupción. Mary Goretti Kitutu y Agnes Nandutu han sido acusadas en un tribunal por un escándalo relacionado con el robo de miles de láminas de metal para techos que estaban destinadas a comunidades vulnerables en la región nororiental de Karamoja. Ambas han negado los cargos.