Los laboratorios se unen para impulsar la vigilancia genómica a nivel mundial.

Por Jennifer Rigby

CAMBRIDGE, Inglaterra (Reuters) – Dos laboratorios en Gran Bretaña y Sudáfrica, que estuvieron a la vanguardia en el seguimiento de nuevas variantes de coronavirus durante la pandemia, se han unido para mantener el enfoque en la vigilancia genómica a nivel mundial a medida que la emergencia de COVID retrocede.

Los equipos dijeron que estaban preocupados de que los gobiernos y los financiadores pudieran retirarse de esa vigilancia, a pesar de su potencial para monitorear mejor muchas enfermedades infecciosas, desde la malaria hasta el cólera.

“Uno de los grandes beneficios que surgieron de la pandemia fue esta enorme inversión global en infraestructura”, dijo John Sillitoe, director de la Unidad de Vigilancia Genómica (GSU) en el Instituto Wellcome Sanger en Cambridge, uno de los dos socios.

En la vigilancia genómica, los científicos primero obtienen datos sobre el material genético de un virus u organismo en un proceso llamado secuenciación. Luego analizan los datos de varias muestras para buscar similitudes y diferencias entre ellas, por ejemplo, para rastrear cómo el virus está cambiando o propagándose.

El proceso ha existido durante décadas, pero llegó a la vanguardia a medida que los científicos y equipos de salud pública rastreaban el coronavirus de rápido cambio.

Pero Sillitoe dijo que temía que los activos necesarios para el proceso, como las máquinas de secuenciación compradas durante la pandemia, estuvieran ahora “inactivas” en algunos países, lo que sería una oportunidad perdida.

“Tenemos muchos puntos ciegos, tanto en patógenos como en regiones”, dijo Tulio de Oliveira, director del Centro de Respuesta e Innovación Epidémica de la Universidad de Stellenbosch, el otro laboratorio en la asociación. Durante COVID, su equipo confirmó el descubrimiento de las variantes Beta y Omicron.

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De Oliveira, quien también se unirá al GSU como director adjunto, dijo que el potencial para otras enfermedades era enorme.

Por ejemplo, el trabajo de los dos laboratorios, así como de un consorcio global de enfermedades relacionadas con el clima, ha duplicado el número de secuencias disponibles para los mosquitos portadores de dengue, chikungunya y malaria en solo el último año, dijo.

Los laboratorios trabajarán juntos para compartir recursos y apoyar a los socios en la vigilancia de enfermedades a nivel mundial con experiencia y materiales, junto con esfuerzos más amplios liderados por la Organización Mundial de la Salud, dijeron de Oliveira y Sillitoe.

(Reporte de Jennifer Rigby; Edición de Nick Macfie)