La Iglesia Católica en el sur de México ha hecho un llamado desesperado al gobierno mexicano para proteger a las comunidades de los cárteles de la droga que extraen pagos de protección y utilizan a locales como escudos humanos cerca de la frontera con Guatemala. La carta, fechada el miércoles, fue firmada por el Obispo Emérito Jaime Calderón de la Diócesis de Tapachula, que incluye parroquias cerca de la frontera con Guatemala, donde casi 600 personas huyeron esta semana. Dos de los cárteles más poderosos de México han estado luchando por el control de rutas de contrabando en la zona durante más de un año, lo que ha causado múltiples desplazamientos. El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, anunció que su administración está coordinando con los gobiernos locales cerca de la frontera mexicana para atender a los mexicanos que están escapando del conflicto entre grupos que está teniendo lugar en el lado mexicano. Un informe del gobierno guatemalteco describe cuentas de los refugiados que explican que abandonaron sus hogares debido a la falta de alimentos y a los enfrentamientos entre grupos del crimen organizado. La carta de la diócesis dice que las comunidades, que durante mucho tiempo han estado sumidas en la pobreza y han sido ignoradas por el gobierno, ahora también deben sufrir siendo “rehenes en sus comunidades, pagando extorsión al cártel correspondiente basado en donde viven, siendo obligados a tomar turnos en los retenes que impiden el libre tránsito”. Los residentes tienen que usar lo poco que tienen para pagar por artículos escasos a precios elevados porque los tenderos también están siendo extorsionados. Y entre el 20 y el 22 de julio, la situación empeoró ya que los residentes fueron intimidados, amenazados y obligados a ser escudos humanos en los enfrentamientos entre cárteles de la droga. La carta no se refiere específicamente a los que huyeron a Guatemala, pero dice que aunque el ejército y la Guardia Nacional de México están presentes, no hacen nada para intervenir y proteger a las comunidades. “¿Qué tenemos que hacer o decir para que el gobierno cumpla su deber, al menos, de proteger y velar por la seguridad de las comunidades?”, pregunta la carta. Las autoridades mexicanas no han respondido a las solicitudes de comentarios sobre los que huyeron a Guatemala o la situación de seguridad en el lado mexicano de la frontera.