Un año de prisión y una prohibición de seis años para ocupar cargos públicos pueden parecer una pena dura para un político. Pero el líder serbio-bosnio Milorad Dodik restó importancia al veredicto en el Tribunal de Bosnia y Herzegovina. El presidente de la región serbia de mayoría de Bosnia, República Srpska, le dijo a sus seguidores en un mitin en la capital regional Banja Luka que “no hay razón para preocuparse”. Su condena por desobedecer las decisiones del Representante Internacional de Alto Nivel era “un sinsentido”, dijo. Dodik dijo que había “aprendido a lidiar con cosas más difíciles” y pidió a la multitud en la capital de facto de Republika Srpska que “sea alegre”. El veredicto fue el resultado de un conflicto prolongado entre Dodik y el Representante Internacional de Alto Nivel para Bosnia y Herzegovina, Christian Schmidt. Schmidt sigue siendo la máxima autoridad en Bosnia, 30 años después del Acuerdo de Dayton que puso fin a la Guerra de Bosnia de la década de 1990. El representante tiene el poder de imponer o anular leyes, y destituir a funcionarios que van desde jueces hasta líderes políticos. Uno de los anteriores titulares del cargo, Paddy Ashdown, ex líder de los Demócratas Liberales del Reino Unido, destituyó a casi 60 funcionarios serbobosnios en un solo día en 2004, en un operativo contra su protección de criminales de guerra. Sin embargo, los poderes del representante se han utilizado mucho más esporádicamente en los años siguientes, a medida que los partidarios internacionales de Bosnia se retiraban con la esperanza de que los líderes locales trabajarán juntos para crear un país viable y próspero.
