Un líder de una secta arrestado en Kenia por más de 400 muertes debe someterse a controles de salud mental antes de ser acusado, dijo un juez.
Paul Mackenzie fue detenido en abril del año pasado después de que se encontraran cientos de cuerpos en fosas comunes.
La mayoría mostraba signos de hambre, pero algunos, incluidos niños, pueden haber sido agredidos.
MacKenzie, un pastor autoproclamado acusado de liderar una secta apocalíptica, ha negado la responsabilidad por las muertes.
Los fiscales han dicho que lo acusarán a él y a otras 94 personas de asesinato, homicidio culposo, terrorismo y tortura.
Pero el miércoles, pidieron a un tribunal en la ciudad costera de Malindi más tiempo para determinar si MacKenzie y otros 30 sospechosos están mentalmente aptos para ser juzgados.
La jueza Mugure Thande concedió esta petición, dando a la fiscalía 14 días para realizar las evaluaciones.
La audiencia continuará el 6 de febrero.
En un caso que sorprendió no solo a los kenianos sino también a personas de todo el mundo, los cuerpos de 429 personas, incluidos niños, fueron desenterrados de sitios de sepultura en Shakahola, un bosque remoto a unas dos horas en coche al oeste de Malindi.
Se alega que Mackenzie alentó a los miembros de su iglesia Good News International a trasladarse allí y prepararse para el fin del mundo.
Un testigo le dijo a la BBC que en enero del año pasado se les dio instrucciones a las personas para que comenzaran a ayunar para poder “llegar al cielo”.
Pero Mackenzie ha dicho que las muertes no pueden atribuírsele ya que cerró su iglesia en 2019.
En noviembre pasado fue condenado a 12 meses de prisión por producir y distribuir películas sin licencia.
Su abogado dijo que apelará la decisión.