Las tropas israelíes combaten en Gaza mientras un bombardeo aéreo genera afirmaciones contradictorias.

Un número desconocido de civiles también permanecen en la ciudad, enfrentando tanto la crisis humanitaria que afecta a Gaza —con medicinas, alimentos, agua limpia y combustible disminuyendo— como la perspectiva de un combate urbano caótico y cruel.

Aún no está claro en qué medida las tropas israelíes han ingresado a los túneles del Hamas, donde también se cree que los grupos armados palestinos mantienen a cientos de personas que fueron secuestradas cuando el Hamas atacó a Israel el 7 de octubre.

A pesar de que las fuerzas israelíes rescataron a un soldado el lunes y el Hamas ha liberado a cuatro rehenes, el número de personas que se cree están capturadas ha aumentado constantemente en las últimas tres semanas. El martes, el ejército israelí informó que había notificado a las familias de 240 personas que fueron secuestradas el 7 de octubre y que aún están detenidas en Gaza.

Aunque los líderes israelíes han hablado poco sobre sus planes finales para Gaza, han repetido en varias ocasiones al público israelí que la guerra está lejos de terminar. Netanyahu ha dicho repetidamente que será una campaña “larga y difícil” y el lunes por la noche descartó un alto el fuego para permitir la ayuda a los civiles en Gaza, argumentando que una pausa fortalecería al Hamas.

El martes, el consejero de seguridad nacional de Israel, Tzachi Hanegbi, dijo a los periodistas en Tel Aviv que las autoridades estaban haciendo planes para “el día después del Hamas”, aunque estaban lejos de lograr ese objetivo.

“Estamos trabajando en ello, una larga lista de agencias está trabajando en ello. Se les pidió a todos los organismos de seguridad que aportaran ideas para su discusión”, dijo. “Pero no nos engañemos, el ‘día después’ no está cerca”.

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Los líderes del Hamas han adoptado un tono desafiante frente a la invasión terrestre de Israel, y el grupo ha continuado disparando cohetes desde Gaza hacia ciudades israelíes, incluyendo Tel Aviv. El servicio de emergencia de Israel informó que cuatro personas resultaron heridas después de que dos cohetes cayeran en la ciudad sureña de Ashdod, incluyendo una en estado crítico. El ala militar del Hamas se atribuyó el ataque y dijo que fue en respuesta al “ataque a civiles” de Israel.

El rechazo de Netanyahu a un alto el fuego se produjo en respuesta a la creciente crítica internacional por las muertes de civiles en Gaza y la crisis humanitaria allí. La lucha ha matado a más de 8,500 personas en Gaza, incluyendo más de 3,500 niños, según el ministerio de salud del Hamas, ha desplazado a más de un millón y ha generado protestas de grupos de ayuda y de las Naciones Unidas.