Cuando el Pte Oleksander Bezverkhny fue evacuado al Hospital de Feofaniya en Kiev, pocos creían que sobreviviría. El joven de 27 años tenía una grave lesión abdominal y metralla había destrozado sus nalgas. Ambas piernas fueron amputadas.
Entonces, los médicos descubrieron que sus infecciones eran resistentes a los antibióticos comúnmente utilizados, y la tarea ya difícil de salvar su vida se volvió casi imposible.
La resistencia antimicrobiana (AMR) es cuando las bacterias evolucionan y aprenden a defenderse contra los antibióticos y otros medicamentos, volviéndolos ineficaces.
Ucrania está lejos de ser el único país afectado por este problema: alrededor de 1.4 millones de personas murieron a nivel global de una infección por AMR en 2021, y en el Reino Unido hubo 66,730 infecciones graves resistentes a los antibióticos en 2023. Sin embargo, la guerra parece haber acelerado la propagación de patógenos multirresistentes en Ucrania.
Las clínicas que tratan lesiones de guerra han registrado un fuerte aumento de casos de AMR. Más del 80% de todos los pacientes admitidos en el Hospital de Feofaniya tienen infecciones causadas por microbios que son resistentes a los antibióticos, según el médico adjunto Andriy Strokan.
Irónicamente, las infecciones resistentes a los antimicrobianos a menudo provienen de instalaciones médicas.
El personal médico intenta seguir estrictos protocolos de higiene y usar equipo de protección para minimizar la propagación de estas infecciones, pero las instalaciones pueden verse abrumadas por personas heridas en la guerra.
El doctor Volodymyr Dubyna, jefe de la UCI del Hospital Mechnikov, dijo que desde el inicio de la invasión rusa, su unidad solo ha aumentado el número de camas de 16 a 50. Mientras tanto, con muchos empleados huyendo de la guerra o uniéndose al ejército, los niveles de personal han disminuido.
El doctor Strokan explicó que estas circunstancias pueden afectar la propagación de bacterias resistentes a los antimicrobianos. “En los departamentos quirúrgicos hay una enfermera que cuida de 15-20 pacientes”, dijo. “Físicamente no puede lavarse las manos la cantidad y frecuencia requeridas para no propagar infecciones”.