El Congreso quiere reformar un tribunal cuasi judicial que las grandes empresas tecnológicas han utilizado como arma para atacar a sus rivales más pequeños. Estas grandes empresas tecnológicas están legítimamente preocupadas de que la legislación de reforma les impida robar las tecnologías de las empresas más pequeñas sin compensación y luego agotar a las pequeñas empresas con desafíos legales interminables en el tribunal.
El Congreso creó la Junta de Apelaciones y Juicios de Patentes en 2011 con buenas intenciones. Los legisladores esperaban que fuera un foro más rápido y más barato para resolver disputas sobre la validez de patentes en comparación con los tribunales federales.
Desafortunadamente, las empresas tecnológicas grandes utilizaron casi inmediatamente el tribunal como arma. Después de infringir las patentes de rivales menos establecidos, los gigantes tecnológicos desafían repetidamente la validez subyacente de esas patentes en la PTAB, al mismo tiempo que hacen los mismos desafíos en los tribunales federales. Hacen esto para desgastar a los pequeños inventores, que generalmente carecen de los recursos para defender su propiedad intelectual contra una avalancha de desafíos paralelos y repetitivos.
Para solucionar este problema, el Congreso ha presentado un proyecto de ley bipartidista llamado Ley PREVAIL, que restringiría los desafíos abusivos a las patentes y prohibiría los litigios duplicados en la PTAB y en los tribunales federales.
Los opositores afirman que PREVAIL de alguna manera aumentará los precios de los medicamentos al facilitar la defensa de las patentes farmacéuticas y bloquear la introducción de genéricos más baratos. Pero dado lo poco que se desafían las patentes de medicamentos en la PTAB, está claro que este argumento es solo una cortina de humo para las verdaderas preocupaciones de las grandes empresas tecnológicas sobre el proyecto de ley. Además, PREVAIL no impide la defensa contra una patente, simplemente evita que se haga la misma defensa múltiples veces, lo que solo sirve para agotar recursos y debilitar patentes legítimas.
Obviamente, los lobbistas de las grandes empresas tecnológicas no pueden avanzar un argumento basado en principios para defender el robo de propiedad intelectual. “¡Déjanos seguir robando, es genial!” difícilmente es un argumento convincente. Entonces, en lugar de eso, están tratando de desacreditar el proyecto de ley de reforma argumentando que llevará a un aumento en los costos de los medicamentos con receta.
Afortunadamente, nuevos datos de la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos, que ambos dirigimos anteriormente bajo los presidentes Barack Obama y Donald Trump, desmienten este mito. Desde septiembre de 2012 a marzo de 2024, solo el 3% de todos los desafíos en el tribunal involucraron patentes que cubrían medicamentos de marca. Y solo el 2% de los desafíos involucraron patentes de medicamentos biológicos.
En pocas palabras, la PTAB no es un campo de batalla significativo para las patentes de medicamentos. La gran mayoría de los desafíos en la PTAB involucran electrónica y tecnología informática. Las patentes sólidas catalizan la innovación en prácticamente todas las industrias de alta tecnología. Los legisladores no pueden permitir que las falsedades hundan PREVAIL. Aprobar esta legislación es crucial para garantizar que Estados Unidos siga siendo competitivo en áreas como la inteligencia artificial, la computación cuántica y la ingeniería. Las nuevas empresas y las pequeñas empresas suelen estar a la vanguardia del desarrollo de tales tecnologías, pero nunca tendrán éxito si los gigantes corporativos pueden saquear sus ideas y intimidarlos con litigios repetitivos cuando se defienden.
Si permitimos que el sistema de patentes de Estados Unidos se deteriore, corremos el riesgo de ceder nuestro lugar como líder tecnológico global, poniendo en peligro la competitividad económica y la seguridad nacional de Estados Unidos.
PREVAIL crearía un campo de juego nivelado en el que las pequeñas empresas tengan una oportunidad de luchar contra los gigantes de la industria establecidos. Para defender nuestra posición geopolítica y nuestra prosperidad económica, el Congreso debería aprobarlo de inmediato y ignorar los puntos de discusión falsos y engañosos.
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