Las esperanzas de la industria verde de Suecia se ven afectadas por los problemas de Northvolt

Muchos investigadores y periodistas rastreando el declive de Northvolt comparten la opinión de que al menos en parte fue causado por una caída global en la demanda de vehículos eléctricos (EVs). En septiembre, Volvo abandonó su objetivo de solo producir EVs para 2030, argumentando que “los clientes y los mercados se están moviendo a diferentes velocidades”. Mientras tanto, China, líder en el mercado de baterías eléctricas, ha podido reducir los precios de Northvolt. Los objetivos de producción incumplidos (un factor clave en el retiro de BMW de un acuerdo de €2bn en junio), la expansión demasiado rápida y el liderazgo de la empresa también han sido ampliamente citados como factores que alimentan la crisis. “Construir baterías es un proceso muy complejo. Se necesita mucho capital, lleva tiempo y obviamente simplemente no tenían el personal adecuado para dirigir la empresa”, argumenta Andreas Cervenka, autor de negocios y comentarista económico del diario sueco Aftonbladet. En la universidad de Umeå, Madeleine Eriksson, una geógrafa que investiga el impacto de las llamadas “industrias verdes”, dice que Northvolt presentó una “mentalidad de salvar al mundo” que impresionó a inversores, medios de comunicación y políticos locales. Pero este enfoque de “ahora o nunca”, argumenta, pasó por alto el hecho de que era una startup arriesgada que “nunca terminó de atraer inversiones”. Northvolt no respondió a múltiples solicitudes de la BBC para responder a comentarios sobre su declive o planes futuros. La empresa ha contratado a Marcus Dangelmaier, alemán de la empresa global de electrónica TE Connectivity, para dirigir las operaciones de Northvolt en Skellefeå, a partir de enero, mientras busca atraer nuevas inversiones. El cofundador y CEO de Northvolt, Peter Carlsson, ex ejecutivo de Tesla, renunció en noviembre.

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