La tarea desalentadora de Rishi Sunak: liderar a los conservadores del Reino Unido hacia una probable derrota

Unos días antes de que el Partido Conservador de Gran Bretaña sufriera un duro revés en las elecciones locales del jueves, el primer ministro Rishi Sunak grabó un breve video para promocionar algunas buenas noticias de su gobierno. En el clip de ocho segundos, el Sr. Sunak vertió leche de una botella de pinta en un vaso alto, lleno de una bebida oscura humeante y con la cifra garabateada de 900 libras en el costado.

“Se acerca el día de pago”, publicó el Sr. Sunak, refiriéndose a los ahorros que supuestamente obtendría un trabajador promedio de un recorte en las contribuciones obligatorias al sistema de seguridad social nacional de Gran Bretaña.

Pronto empezaron las burlas. Algunos dijeron que había añadido demasiada leche, dijeron otros. Y ¿por qué, preguntó una crítica, elegiría el Sr. Sunak una botella de pinta como adorno días después de que la vicepresidenta del Partido Laborista, Angela Rayner, lo había criticado en el Parlamento como un “perdedor de talla pequeña”?

Sin importar lo partidista que fuera su crítica, perdedor es un etiqueta que el Sr. Sunak está encontrando cada vez más difícil de sacudirse, incluso entre los miembros de su propio partido. En los 18 meses desde que reemplazó a su predecesor fallido, Liz Truss, el Sr. Sunak, de 43 años, ha perdido siete elecciones parlamentarias especiales y elecciones locales consecutivas.

Las elecciones locales de la semana pasada, en las que los Conservadores perdieron alrededor del 40 por ciento de los 985 escaños que defendían, fueron simplemente la última señal en lo que los analistas dicen que es un camino hacia una derrota contundente en unas elecciones generales. Las encuestas nacionales muestran al Partido Laborista liderando a los Conservadores por más de 20 puntos porcentuales, una brecha persistente que el primer ministro no ha podido cerrar.

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El constante goteo de malas noticias está poniendo bajo escrutinio la liderazgo del Sr. Sunak y el futuro de su partido, que ha estado en el poder durante 14 años pero se enfrenta a lo que podría ser un largo período en el desierto político.